El histórico entorno de la Ermita del Miracle dels Peixets de Alboraia está declarado Parc Natural Local e inmerso en un plan de integración con la desembocadura del Barranc de Carraixet, pero su actual estado evidencia un absoluto abandono con basuras por las barbacoas que allí se celebran, además de escombros. La única protección que tiene la zona es una vieja cadena que impide aparcar vehículos bajo la docena de pinos que lo integran.
A su entrada, un cartel advierte de la prohibición de encender fuego en el paraje, pero por contra en la pequeña área recreativa se encuentran dos espléndidas barbacoas de obra con sus correspondientes restos de carbones y brasas, que dejan a las claras que son muchos los usuarios que acuden a la zona y hacen caso omiso de la advertencia, que conlleva la sanción máxima.
Además, en algunos de los árboles del paraje la Policía Local ha colgado folios plastificados en los que explica las normas para usar la zona de fuego . «Solo se permite el uso de barbacoas comerciales con altura mínima del suelo de 50 cm» y éstas se ubicarán «dentro de la zona balizada junto a los paelleros. Fuera de esa zona queda prohibido ubicarse». La notificación también incide que los «restos de carbón serán depositados por los usuarios en la zona marcada. Prohibido tirarlos al suelo» e indica que el responsable municipal «es la autoridad designada por el ayuntamiento».
Cañares, escombros y suciedad
Alrededor de los paelleros instalados en el diminuto Paraje Natural se encuentran matorral, arbustos, pinos y palmeras de gran tamaño, además de cañares objetivos de las llamas y en uno de ellos hasta una especie de parking-camping de vehículos y casetas de dudosa habitabilidad, que de extenderse las llamas hacía allí podrían causar daños materiales y personales de importancia. A esto hay que sumar escombros depositados en los laterales del entorno de la ermita del Peixets.
Como pórtico de entrada hay un aparcadero improvisado de carros de un hipermercado cercano que son utilizados por los usuarios del paraje para transportar viandas y bebidas, entre ellas para hacer botellón.
El lugar presenta, en general, un aspecto desangelado, descuidado y hasta un poco desorganizado ya que resulta contradictorio que en un Parque Natural con campos cercanos, cañares colindantes y acampadas de caravanas, el Ayuntamiento de Alboraia no imponga una normativa clara sobre la prohibición del encendido de fuego.
