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El teatro «ciego» de Foios no está sólo

Un falso techo para tapar el aire acondicionado imposibilita la proyección de películas en Rafelbunyol - La instalación de butacas con el respaldo demasiado alto tras la reforma de la Casa de la Cultura de Albuixech dificulta la visión para unos 70 espectadores

El teatro «ciego» de Foios no está sólo

Los vecinos y ayuntamiento de Foios no están solos en su frustración por no poder ver un espectáculo cultural en condiciones pese a los miles de euros invertidos en su teatro. Seguramente, el caso de esta localidad de l´Horta Nord „donde la mitad de los asientos del auditorio son de visibilidad reducida o, directamente inexistente (lo que se conoce como «butacas ciegas»), por la forma en la que se diseñó el patio de butacas„ es especialmente sangrante, pero otras salas de la comarca, construidas o reconstruidas con dinero público, presentan problemas parecidos.

En Rafelbunyol, los espectadores no lo tienen mal para ver obras de teatro, sino para ver películas. De hecho, la Casa de la Cultura y antiguo Casino no acoge una proyección cinematográfica desde antes de la reforma de las instalaciones. La culpa la tienen el aire acondicionado, el falso techo que lo tapa y las diferencias entre el proyecto de instalaciones que aprobó el ayuntamiento y el que se acabó ejecutando.

Las obras de rehabilitación de la Casa de la Cultura se iniciaron en 2006 y supusieron una inversión de más de 1,3 millones de euros aportados principalmente por la Generalitat a través del Plan de Mejora de Municipios. El consistorio aprobó dos proyectos: el de Rehabilitación, firmado por el arquitecto municipal, y el de Instalaciones, realizado por un ingeniero elegido por el gobierno local del PP. Cuando las obras afrontaban su recta final, este ingeniero cambió su plan para la instalación eléctrica y del aire acondicionado. Para ocultar la maquinaria y conductos del aire, se instaló un falso techo, de forma que la altura de la sala pasaba de los 4,80 metros a los 4,19 metros.

Se trata de una diferencia de apenas 61 centímetros pero es suficientes para interrumpir la proyección de películas desde la cabina hacia la pantalla situada en el escenario, cabina que sí estaba a una altura correcta antes de instalarse el falso techo y antes de realizarse la reforma.

Tanto es así que, cuando se dio cuenta del error, el ingeniero presentó un tercer proyecto que elevaba la altura del falso techo (incluso por encima de lo proyectado originalmente) y requería desmontar y volver montar las instalaciones eléctricas y de aire acondicionado. Esta segunda modificación no se llevó a cabo, la cabina de proyección sólo se usa para el control de sonido, aunque el anterior gobierno propuso aprovecharla como sala de prensa y «cabina de traductores», algo que tampoco se realizó.

Cuando se quiere visionar una película, el ayuntamiento coloca un proyector de vídeo en el mismo escenario, de forma que las imágenes ocupan apenas una mínima parte de la pantalla, frente a los alrededor de ocho metros cuadrados de imagen que se podrían dar con el proyector.

Respaldos demasiado altos

Por su parte, la Casa de la Cultura de Albuixech requiere que el espectador sea adulto y no especialmente bajito, para poder disfrutar de dramas, comedias y demás espectáculos que se ofrecen desde el escenario. La culpa, según reconocía ayer el alcalde Josep Vicent Andreu (PSPV), la tienen la escasa inclinación del patio de butacas y la excesiva altura del respaldo de las sillas. La unión de ambas circunstancias provoca que los espectadores de „según el alcalde„ unos 60 o 70 asientos apenas puedan adivinar una parte del escenario tras el respaldo de la butaca anterior a la suya. «Sí que se ve, pero no como se veía antes de la reforma», aseguraba Andreu en declaraciones a este periódico.

La reforma de la Casa de la Cultura se llevó a cabo en 2010 gracias a la partida de unos 400.000 euros del Plan Confianza que impulsó el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, el mismo al que se acogió Foios para reconstruir su teatro con la mitad de los asientos «ciegos». Andreu „que asegura que, pese a los defectos, el caso del auditorio de Albuixech no se puede comparar con el de Foios„ destaca que la mayor parte de esta inversión en la Casa de la Cultura se destinó a la ampliación del escenario, en arreglar cuarto de baño y camerinos y ampliar el edificio. «También se aprovechó para cambiar las butacas. Ahora hay unas 350, de las cuales 60 o 70 tienen visión defectuosa. Y hay una fila desde la que no se ve nada», explica el regidor.

Efectivamente, el suelo del patio tiene una especie de abultamiento entre las filas 1 y 3, por lo que la fila 4 está por debajo de estas, y a partir de la fila cinco la inclinación del patio vuelve a elevarse, pero no con el ángulo suficiente para que muchos espectadores sentados en varias de las filas puedan ver el escenario al completo.

Pese a todo, Andreu asegura que «no ha vuelto a haber más críticas desde la inauguración, y yo fui el que más se enfadó», y afirma que no ha repercutido en el número de espectáculos que acoge el auditorio. «Aquí vienen fallas de Valencia y toda la comarca porque el escenario les encanta», asegura. Afirma incluso que los niños disfrutan de cine y representaciones teatrales pese al excesivo tamaño de las butacas. «Se sientan sobre el asiento sin desplegar y lo ven perfectamente».

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