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Carola Mestre Ruiz

«La combinación de cocina clásica e innovadora nos hace únicos en el mercado local»

«Nuestros platos de carne sin hormonar nos abrieron la puerta a la clientela musulmana»

«La combinación de cocina clásica e innovadora nos hace únicos en el mercado local»

­¿Qué es «La cuina dels mestres»?

Es una casa de comidas para llevar donde ofrecemos menús diarios por 6,50€, con postre y bebida incluidas de lunes a viernes, y el fin de semana nos diferenciamos con productos más innovadores.

¿Cómo surgió este proyecto?

Yo era auxiliar de vuelo y echaba de menos la comida clásica de mi madre, unas buenas lentejas, pero a la vez también veía los menús que comía y me parecían aburridos. Siempre me ha gustado mucho la cocina y tenía ese run - run en mi cabeza de montar algo, y en 2015 me lancé y el 11 de diciembre de 2015 abrimos las puertas.

¿Cuál fue la chispa que le hizo cambiar de modo de vida y embaucarse en este proyecto?

Fue el nacimiento de mi hijo. Los horarios que tenían me impedían conciliar la vida laboral y familiar, y ahora no solo hago lo que me gusta sino que a las 16.30 horas cierro y ya puedo estar con él, además trabajar también me facilita las cosas.

¿La familia es muy importante para ti y también para tu negocio?

Cuando decidí abrir este negocio mis hermanos me dijeron que ellos también querían involucrarse. Así que aquí estamos mi hermano mayor Pepe, Ángeles, Maryam y mi cuñada Ihssan. Mi hermana es arquitecto y me ayudó a restaurar el local de 200 metros cuadrados, que era un antiguo restaurante. De hecho decidimos llamarle La cuina dels mestres por nuestro apellido.

¿Es más fácil trabajar con tus hermanos?

Tiene sus ventajas y desventajas. Por una parte te da más tranquilidad y si por ejemplo tengo que llevar a mi hijo al médico simplemente llamo a mis hermanos y ellos me cubren. Pero por otra, está claro que si discutes con ellos no les vas a despedir...

¿No estaba el mercado demasiado copado de este tipo de negocios?

Creo que nosotros nos diferenciamos del resto en que combinamos la cocina tradicional con las más innovadora.

¿Y eso cómo se consigue?

Estamos situados en el casco antiguo de Manises, entonces teníamos claro que gran parte de nuestra clientela era personas mayores y había que ofrecerles un menú de cocina tradicional y a buen precio. Así que siempre hay un arroz y un guiso dentro de nuestro menú diario a 6,50 euros.

¿Y qué hace para que la gente joven venga a comprar a su local?

El fin de semana cambiamos la cara. Ofrecemos productos innovadores como la hamburguesa «weeda», con pan rústico, 250 gramos de carne de ternera llena de queso. Los amigos de mi hermana hacen de cobayas y se las damos a probar y ellos nos dicen los nombres. Además que nuestra carne es especial, no es hormonada.

¿Qué le decidió a escoger ese tipo de carne?

Mi cuñada es marroquí y comen este tipo de carne, y además, una vez cocinada, te das cuenta que es mucho más jugosa y tierna. Eso ha hecho que tengamos clientes que vengan de forma exclusiva a por este tipo de carne, sobre todo a por el pollo, que nos dicen que no lo comen en ningún sitio igual.

¿Entonces parte de su clientela es musulmana?

El público musulmán es muy reservado y aunque gracias a mi cuñada, que es la reina de los dulces, sí nos ha abierto las puertas a ese público casi es más la gente de aquí que ha probado ese tipo de cocina y le interesa porque no la encuentra en otro local. El jueves por ejemplo viene gente expresamente a por el cus-cus.

¿Ha conseguido en tan solo cuatro meses tener clientela fija?

Pues la verdad es que no me puedo quejar. Estas fallas fueron una locura, nos encargaron arroces para 200 personas. El fin de semana estamos vendiendo de media unas 200 raciones, que son de 800 gramos, bastante grandes. Entre semana flojean más las ventas.

¿Las cuentas le dan dolor de cabeza?

Realmente ha sido más agónico el esfuerzo y las horas de trabajo empleados que la inversión económica realizada. Es un plan familiar y eso te quita presión. He ganado en calidad de vida y eso lo compensa todo. No echo de menos para nada mi anterior vida.

¿Qué le dice a la gente que quiera abrir un negocio como el suyo?

Que se lance. En la hostelería es básico tener muchas ganas, y si te lo montas bien, la recompensa llega. Eso sí, no hay que tener prisa. Es mejor gastarse un poco más y hacer las cosas bien, que intentar acaparar demasiado mercado.

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