Con 78 años, cuatro hijos y cinco nietos, Isabel García Pérez irradia vitalidad por los cuatro costados. Reconoce ser la mimada de su club, el CN Alaquàs, y no es para menos, ya que es un ejemplo de superación y de cómo el deporte no tiene edad.
¿Cómo se inició en la natación?
Fue en el año 92, yo tenía 54 años. Yo llevaba a mis hijas a natación y mi cuñada, que es además vecina mía, me dijo que nos había apuntado a un curso porque no podía ser que nuestras historias supieran nadar y nosotras no, y así fue como empecé. Luego me vio un compañero que competía y nos habló de que habían competiciones másters. Así que sin pensarlo, nos vino justo sacarnos la licencia y al mes ya participé en el Campeonato de España en Andorra, que yo nunca había ido, y me encantó la experiencia y hasta ahora.
¿Le gusta competir?
Me encanta, es muy motivante. En ese Campeonato de España ya conseguí medallas e intento acudir a los Campeonatos de España de verano y de invierno, y a todo lo que pueda. Además compito en todas las modalidades y menos mariposa, se me dan bastante bien.
¿Que le aporta la natación?
Muchas satisfacciones. Yo nunca he ido a discotecas, ni he salido. La natación me obliga a salir y a relacionarme con la gente del club, que me cuidan muchísimo. Todos los días entreno por mi cuenta unos 300 metros, 100 de cada estilo, y luego voy al gimnasio. Sino fuera por la natación estaría metida en casa sin salir.
¿Qué le dicen sus hijos?
Están encantados, y también mis nietos, aunque ninguno practica la natación, me animan a seguir.
¿Y hasta cuándo?
Hasta que el cuerpo aguante y no me tiren del club -se ríe- aunque no creo porque como ellos dicen soy «la jovencita» y me cuidan entre todos muchísimo, siempre están pendiente de mí.