Aldaia puede presumir de ser cuna de una de las mejores nadadoras del país. Eva Coronado, con tan solo 17 años, tiene las vitrinas llenas de trofeos y medallas pese a estar compitiendo de forma profesional un año.
Su amor por la natación viene de mucho antes. Con tan solo tres años, su madre, Pilar Tejeda, la llevó a la piscina de Aldaia «que se acababa de inaugurar» recuerda. A los seis años sufrió en el colegio una especie de ictus „«aún en día los médicos no han descubierto que sucedió realmente», explica„, que le ha dejado secuelas a nivel cerebral con dificultad en el equilibrio, lecto-escritura, coordinación. «Después de varios tratamiento vimos que no funcionaban, pero ella seguía nadando», narra su madre.
Y no solo nadaba sino que era muy buena. No solo en piscina, también en travesía de aguas abiertas donde se proclamó campeona en categoría infantil de natación normalizada. «Sin embargo, un día vimos que en una prueba en la entrega de premios hacían distinción para personas con discapacidad intelectual, nos pusimos en contacto con la Federación Española de Discapacitados Intelectuales y nos dijeron que podíamos competir en la categoría S-4 y que Eva estaba preparada para empezar ya», explica Pilar.
Se puso a entrenar con el club Aquàtic de Campanar (Valencia) y en enero de 2015 ya acudió a su primer Campeonato de España «y se llevó el trofeo en todas las categorías, fue algo espectacular», recuerda. Los triunfos se sucedieron en los Juegos Europeos de Croacia, quedando campeona europea en las cuatro modalidades paralímpicas „m. espalda, 200 m. libres, 100 m. braza y 200 m. estilos„.
El nivel de Eva es tan grande que compite muchas veces en su categoría sub-18 con otros nadadoras sin ningún tipo de discapacidad y también en natación adaptada categoría absoluta. Unos éxitos que le han valido estar preseleccionada para los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro.
Un esfuerzo que ha sido reconocido por el Consejo Superior de Deportes que el pasado 31 de marzo le concedió una mención honorífica en los premios Deportistas en Edad Escolar 2015. «La verdad es que notamos el apoyo tanto del Ayuntamiento de Aldaia, como del resto de instituciones y la Federación», aunque económicamente «algunas competiciones sí que las sufraga la Federación pero en otras tenemos que hacer un esfuerzo familiar», reconoce Pilar.
Un esfuerzo, que sin embargo, llevan con alegría. Su padre, madre y hermano apoyan a Eva en todas las competiciones porque «la natación le ha cambiado la vida». «Estaba hundida y se ha dado cuenta que puede ser buena en algo. Además, entrenar con un grupo de discapacitados físicos con más experiencia le está viniendo muy bien al saber que esa dificultad que tiene la puede compartir», explica. Y es que para Pilar, el mayor trofeo es «ver a mi hija irse todos los días feliz a la piscina y volver aún más feliz».
