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El Puig de Santa Maria

Halla 50 panales incontrolados en una finca tras ser atacada por un enjambre

La mujer tuvo que ser atendida de múltiples picaduras días después de que los insectos obligaran a abandonar la recogida de naranjas

Halla 50 panales incontrolados en una finca tras ser atacada por un enjambre

El pasado 30 de abril un vecino de Massamagrell de 81 años falleció el Hospital Clínico de Valencia tras ser atacado por un enjambre de avispas en unos terrenos de su propiedad a las afueras del municipio. Unos días antes y a pocos kilómetros de allí, el 16 de abril en una finca agrícola dels Puig de Santa Maria, María José Ros sufrió el ataque de un enjambre de abejas del que, por suerte, sólo salió herida. «Estaba sentada bajo el nisperero y de repente vi pasar a mi marido y al que nos ayudaba en el campo corriendo y perseguidos por un enjambre de abejas. Se escondieron en casa, las abejas se giraron y vinieron hacia mí. Yo creí que me moría. Las sacudía y no se iban. Fue horroroso».

María José fue atendida en un centro de salud por «múltiples picaduras en brazos, tronco y glúteos» y de los eritemas, edemas, ampollas y úlceras provocados por estos insectos himenópteros. A continuación se fue al cuartel de la Guardia Civil del Puig y denunció los hechos. También ha denunciado en los juzgados de Massamagrell un delito de lesiones y contra el medioambiente, ya que las abejas provenían de unas colmenas situadas en una finca aledaña «en estado de abandono y totalmente descontroladas».

Justo un día después de hacerse pública la muerte del anciano de Massamagrell, el dueño de la parcela vecina retiró en plena noche los panales con las abejas que habían atacado a Mª José y a su marido, y también un día después al propietario de una plantación vecina, y a principios de abril a los recogedores de naranjas de sus campos, que tuvieron que dejar el trabajo sin terminar. La jueza dicto el 2 de mayo auto de sobreseimiento provisional por no haber quedado «acreditada» la consecución del delito. Pero la mujer ya ha recurrido pues considera que no se ha hecho «una mínima investigación».

Tal como figura en la denuncia que Mª José interpuso en la Guardia Civil, el 2 de abril la empresa que recolectaba las naranjas de su finca no pudo recoger toda la fruta «ya que fueron atacados por un enjambre de abejas». Ella, que estaba allí en ese momento, fue atacada en la cara mientras que uno de los trabajadores tuvo que ser atendido en un centro de salud por las numerosas picaduras que recibió. El otro ataque tuvo lugar el 16 de abril y en esa ocasión las víctimas fueron su marido y, sobre todo ella.

«Al día siguiente vino un guardia del Seprona, y desde el campo situado junto a la finca de donde venían las abejas, vio que había allí unos 50 panales „explicaba ayer Mª José a Levante-EMV„. Menos mal que el guardia llevaba el traje de apicultor, porque hubo un momento en que no se le veía de la gran cantidad de abejas que le rodeaban». Según le explicó el propio agente, en cada una de esas cajas suele haber entre 30.000 o 40.000 abejas, por lo que en la parcela vecina a la de la mujer podría haber hasta 2 millones de ejemplares.

El 25 y 26 de abril Mª José presentó en la Oficina Comarcal Agraria de la Generalitat y en el Ayuntamiento del Puig sendos escritos en los que rogaba la actuación de ambas administraciones públicos ya que las colmenas de la parcela vecina «fueron colocadas sin mi conocimiento, sin advertencia alguna y su presencia no está señalizada». Explica además que «son abejas muy agresivas que han atacado a varias personas, hasta el punto de que es imposible trabajar los campos en este momento. Al parecer no se trata de abejas de la variedad ibérica autóctona, sino de abejas negras europeas, reconocidamente agresivas».

«De momento, ni la conselleria ni el ayuntamiento me han contestado ni me han dado ninguna información sobre si los panales tenían o no permiso para estar ahí», subraya María José.

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