Los vecinos y vecinas de Quart de Poblet rendirán mañana homenaje a su patrón, Sant Onofre, como desde hace 293 años, en la tradicional Passejà, declarada Fiesta de Interés Turístico Local de la Comunidad Valenciana en 2007. La procesión votiva, en la que el fuego, la pólvora y la música tienen un protagonismo destacado, partirá a las 22.30 horas de la Ermita de Sant Onofre y culminará en la plaza de la Iglesia.

La Passejà se celebra en la noche de 9 al 10 de junio, víspera de la fiesta de san Onofre.

El paso del tiempo ha configurado varios elementos que caracterizan la fiesta, haciéndola peculiar y seña de identidad propia de Quart de Poblet. Estos elementos son:

· La figura de san Onofre, que es paseado por las calles del pueblo. Su anda, denominada cariñosamente "la coveta", representa el momento en que el santo ermitaño recibe la comunión de manos de un ángel en su cueva. Está fechada en 1941 y su autor es el escultor valenciano Rafael Pérez Contel. Esta imagen es réplica de otra más antigua, probablemente del siglo XVII, destruida en la Guerra Civil.

· La participación popular, representada por el Ayuntamiento y los vecinos y vecinas que acompañan al santo, detrás del anda, de manera informal y distendida.

· El fuego de pólvora, con las ruedas de fuego que se realizan en determinados puntos del recorrido, y con la fila de "coheteros" de la asociación Amics de la Passejà, que encienden luminarias y cohetes de salidas, sujetados con unas tenazas de madera.

· La música. Tanto el grupo de tabal i dolçaina que abre la procesión como la banda que la cierra, contribuyen a señalar el carácter festivo del acto.

El nacimiento de la Passejà se remonta al siglo XVIII. Cuentan los mayores que al finalizar la primavera de 1723 la situación de los labradores de Quart de Poblet, que eran la mayoría de los habitantes del pueblo, era desesperada. Había una gran sequía y los meses de lluvia habían pasado sin dejar casi agua. El río, además, apenas llevaba caudal, y las acequias hacía días que no portaban agua.

Por esta razón, cuando en la noche del 9 de junio se arremolinaron las nubes de tempestad, en muchas casas empezaron a dar gracias a san Onofre por haber escuchado sus peticiones y no haber abandonado a sus hijos de Quart en esa situación angustiosa. Pero la alegría en seguida se convirtió en un grito de desesperación cuando empezaron a caer en las calles del pueblo gordas piedras de granizo: Si las cosechas estaban debilitadas, aquella piedra sería la perdida completa y el paso al inicio de una temporada de hambre. Los labradores salieron en plena noche a los campos para tratar de salvar lo que se pudiera. Allí, en la huerta, se percataron de que mientras al pueblo continuaba cayendo la piedra, en los campos sólo llovía agua beneficiosa.

En seguida, entendieron que eso era una señal de la protección del patrón del pueblo y, corriendo, se concentraron en la puerta de la ermita, y abriendo las puertas, sacaron el anda de viejo ermitaño para agradecerle su intervención milagrosa.

El Ayuntamiento de Quart de Poblet ha iniciado ya los trámites para conseguir de la Agencia Valenciana de Turismo la declaración de municipio turístico, un reconocimiento que, entre otras cuestiones, le permitiría acceder a más ayudas y subvenciones para el desarrollo del proyecto de turismo natural, cultural y patrimonial desarrollado desde la Concejalía de Turismo, que dirige Maite Ibáñez, y aprobado recientemente por el pleno del Ayuntamiento.

En este sentido, la alcaldesa, Carmen Martínez, y la concejala se reunieron recientemente con el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, quien se comprometió a apoyar desde la Agencia Valenciana de Turismo la puesta en valor de los recursos de interés con que cuenta la localidad, tras conocer el proyecto municipal, que tiene precisamente en la fiesta de la Passejà de sant Onofre uno de sus pilares fundamentales, junto a la Ruta del Agua.