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Reportaje

Hasta Santiago con una sola pierna

La paiportina Belén Soriano recorre 32 kilómetros de la ruta por Portugal con muletas por una promesa a su primo

La paiportina durante el camino. levante-emv

«El Camino es el símil de la vida». Así es como Belén Soriano define el Camino de Santiago. Hace 10 años que perdió una pierna, pero eso jamás ha hecho que perdiera la ilusión y las ganas de vivir. La paiportina, que acaba de volver de Santiago con la Compostela bajo el hombro, ha recorrido 32 kilómetros del camino con una amiga, desde O Porriño hasta Santiago. «Cuando perdí la pierna elaboré una lista de las cosas que quería hacer, cosas que me hacían sentir viva», narra.

Soriano cuenta qué duro fue perder una pierna: «Fue un shock, en mi vida se rompieron todos los esquemas y me resultó muy duro volver a funcionar». Ella pasó una etapa muy difícil pero, por su fortaleza y pensamiento positivo y con la ayuda externa de sus amigos, su familia y la gente que la rodea, se recuperó. «Tenía muchas ganas de vivir, aunque el comienzo fue complicado; comencé a plantearme retos y cada vez que conseguía alguno, era un subidón», apunta. Belén ha ido poco a poco recuperando su vida y, aunque ahora tiene algunas limitaciones, se ha reincorporado a su trabajo como maestra „trabaja en el colegio San José de Calasanz„ y lleva una vida autónoma. «En estos 10 años he ido superándome poco a poco, volver a aprender a andar, recuperar una rutina... el Camino también ha sido algo que me ha enseñado que puedo conseguirlo todo, hay que poner siempre una sonrisa a las dificultades, y eso es lo que yo quiero transmitir a mis alumnos y alumnas».

La magia del camino

Belén siempre había querido hacer el Camino de Santiago y, cuando una amiga se lo propuso hace dos meses, no pudo decir que no. «Ha sido una experiencia muy enriquecedora, pero también hay que decir que ha sido durísima», explica. La paiportina cuenta que la pierna ortopédica que lleva tiene un encaje de silicona que es muy rígido. Además, la prótesis pesa, por lo que ha hecho el camino con muletas. «Fue muy difícil al principio; además, iba sin ninguna preparación, a la aventura, pero la magia que tiene el camino hace que tu cuerpo se adapte y que alcances los retos que te propones diariamente», afirma Soriano.

Ella y su amiga han hecho el camino de forma tradicional y durmiendo en hostales de peregrinos. «Yo me proponía 7 kilómetros al día pero cuando veía que ya no podía más, me cogía un taxi y me iba al hostal». Para Belén, Compostela era el reto, al que le acompañaba una vena espiritual familiar y religiosa. «Conseguir llegar a Santiago ha sido para mi la consecución de una meta personal. Cuando me entraban bajones paraba, veía un momento la cuesta y seguía andando», explica.

Cuenta que cuando pisó la plaza del Obradoiro solo podía llorar de emoción. «Solo yo sé lo que he sufrido y padecido para conseguir mi meta», reconoce.

Ahora la paiportina se centra en sus próximos retos. «Puede que me haga el camino de Santiago en Kayak», ríe. Pero lo que de verdad quiere conseguir algún día es correr. «Mi objetivo es tener una prótesis que me permita correr. Yo era deportista y hay cosas que aunque no quieras tienes que adaptar sí o sí», explica. Sus tres sobrinos son sus tres pilares y ella es una luchadora nata y con una vitalidad y una fuerza envidiables. Belén, una maestra de Paiporta, tiene una conclusión a modo de resumen de su historia de superación y positividad: «Me encanta la vida».

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