El nuevo Gobierno de Rocafort se ha marcado como objetivo conseguir que el municipio tenga una movilidad sostenible y tratar de reducir el tráfico. Pese a que la iniciativa es compleja, con soluciones más difíciles aún y con la seguridad de que todos no quedarán contentos, la maquinaria ya se ha puesto en marcha y entre las medidas destaca reducir a 30km/h la velocidad en el centro.

El consistorio encargó hace meses, mediante ayudas de la diputación, un estudio para conocer la realidad del tránsito que tiene el municipio, su diagnóstico y las soluciones para que sea más sostenible. Uno de los principales problemas es el alto volumen de tráfico que soporta el núcleo urbano al ver como sus calles (Maestro José Dolz , San Agustín o Blasco Ibáñez) sirven de acceso a residentes de Moncada y Massarrojos (CV-308) con la CV-307 y de ahí a la CV-310 que enlaza con el bypass. Para descongestionarlo, el informe plantea acondicionar caminos al norte de Moncada para evitar entrar en Rocafort y a modo interno apunta soluciones como prolongar San Agustín al máximo hasta la rotonda de salida a la CV-307, y otras más complejas como una nueva travesía a través de las calles Massarrojos o Moncada y solicitar a la Diputación un nuevo acceso entre estas vías y la CV-310 y la CV-308.

En cuanto al tráfico propio del municipio, el estudio detecta un parque de vehículos muy elevado, con vías de circulación de ambos sentidos con« insuficientes condiciones de buena visibilidad» e incluso tramos sin asfaltar, además de incidir en la «deficiente señalización» en los viales de entrada. Como posibles soluciones aporta reordenar las tres vías de circulación entre el nucleo urbano y el barrio de Santa Bárbara, de tal forma que la calle Enrique Soriano sea dirección a S. Bárbara; Ausiàs March tenga el sentido contrario y Blasco Ibáñez sea definida con tramos de direcciones alternas enfrentadas para compatibilizar el tráfico de acceso a propietarios, ciclistas y peatones y con una velocidad de 15km/h. También los expertos aconsejan limitar a 30km/h todo el casco urbano con lo que «disminuirían los accidentes, el ruido y la contaminación». En este sentido, sugieren implantar firme bituminoso fonoabsorbente en las vías de mayor tránsito, señalizar los itinerarios y mejorar los giros para lograr mejor ángulo de visión.

El estudio también analiza la situación de las infraestructuras peatonales y de estacionamiento. De las primeras, considera que el relieve no accidentando del municipio favorece el trayecto a pie pero adolece de un trazado continuo, las aceras son estrechas en su mayoría, falta de homogeneidad en bolardos/vallas y cuestiona la situación de semáforos. Por ello, aboga por revisar los cruces, construir aceras más anchas con bolardos, eliminar el mobiliario urbano y los bordillos que crean obstáculos para las personas con movilidad reducida y dar mayor protección al peatón. En ese apartado, también analiza los itinerarios escolares, y si bien resalta el plan de seguridad que despliega la Policía Local, «debería mejorarse reforzando» la presencia de agentes. Sobre el estacionamiento, propone delimitar las plazas con pintura y penalizar el aparcamiento indebido ocupando aceras o calles peatonales.

El concejal de Urbanismo, Eduard Comeig, explicó que las «quejas vecinales y una idea por la sostenibilidad» motivaron solicitar el estudio. Ahora, la idea es convocar a vecinos y colectivos para exponerles el plan „ya colgado en su web„ y activar los mecanismos para mediante la participación ciudadana «tratar de encontrar soluciones que, si no a todos, puedan satisfacer a la mayoría de los residentes», indicó el edil de Compromís.