Las medidas de seguridad que han implantado los Ayuntamientos de Torrent y Paterna en los últimos años en las zonas residenciales con espacios forestales han generado una sensación de mayor seguridad, en general, entre los vecinos. En El Vedat, en Torrent, se instaló un sistema de cañones que proyectan grandes cantidades de agua hacia diferentes puntos para eliminar los posibles riesgos de incendio. Como refuerzo, este año, se han instalado sensores que detectan a la mínima las subidas de temperatura y envían alertas en cuanto se percibe que puede haber un incendio.
En otros municipios como Paterna han copiado la iniciativa pionera del Vedat y han puesto en marcha también el sistema de sensores para el bosque de la Vallesa. Además, en La Canyada ya existía un sistema de hidrantes y de vías de evacuación y circuitos de emergencia, además de la torre de vigilancia.
Estos días se cumplen 22 años desde que La Canyada sufrió el gran incendio que arrasó un tercio de la masa forestal y obligó a evacuar los chalés en el verano de 1994. Desde entonces, los vecinos y vecinas comenzaron a tomar conciencia y el ayuntamiento a impulsar medidas preventivas. «Hace cuestión de unos 20 años hubo un gran incendio que llegó hasta las casas, pero ya pusieron remedio y la gente está mucho más concienciada», afirmaba ayer Antonio Cerverón, un vecino de La Canyada que vive en una zona limítrofe con el espacio forestal cercano al polígono Fuente del Jarro.
José Carot, presidente de la Junta de Barri reconoce que las medidas preventivas se han acentuado de forma exponencial desde el gran incendio, sin embargo, en La Canyada echan de menos un mejor cuidado de las zonas privadas donde no se realizan trabajos preventivos. «Por estar valladas no son menos peligrosas en el momento en el que hay riesgo de incendio», recalca Carot a Levante-EMV.
A los paterneros y paterneros de esta zona residencial también les preocupa la vigilancia de las zonas forestales limítrofes a La Canyada. «Los incendios vienen desde el otro lado del río, Riba Roja, Manises... La preocupación es que en esos sitios se llegue a tener el mismo control que se tiene aquí, donde hay una relativa buena vigilancia, pero allí, no lo sabemos».
En Torrent, precisamente en el Vedat, los vecinos se muestran contentos con el cuidado de la zona boscosa y los espacios verdes. Vicenta Cervera, cuenta estar muy contenta con el sistema de cañones Sideinfo y de sensores para detectar la subida calor.
Además, explica que en invierno se organizan grupos de trabajo que se encargan de eliminar las especies invasoras y que el Ayuntamiento de Torrent ha realizado una tarea de intervención para borrar de las zonas verdes el «tomicus», un insecto que, según cuenta, «casi se carga el bosque porque mata los pinos».
