La superficie donde se proyectó la macrourbanización Nou Mil·lenni, que abarcaba 1,7 millones de metros cuadrados de huerta protegida, es hoy un paisaje de campos abandonados y ruinas de edificios históricos en Catarroja. Sólo el 30% de las tierras están actualmente en activo, según calcula la plataforma Salvem Catarroja, frente a casi la totalidad que estaba cultivada a finales de los años 90 del pasado siglo, antes de que el plan urbanístico cambiara las expectativas de los dueños.
Algunos de los nuevos agricultores han optado por la producción ecológica como salida en el mercado, teniendo en cuenta los bajos precios que se pagan por los productos de huerta tradicional. Y también en los últimos tiempos han aparecido nuevos cultivos como el aguacate.
No obstante, Salvem Catarroja sigue echando en falta un plan municipal para reimpulsar la agricultura y espera que el Plan de la Huerta sea la salvación para esta área protegida.
También la plataforma recuerda que el Tribunal Supremo anuló el PAI y «eso debería invalidar el Plan General de Ordenación Urbana que se aprobó asociado a Nou Mil·lenni», pero todavía no se ha anulado y elaborado otro.
Por ello, no sólo es incierto el futuro de la tierra sino del patrimonio que encierra, que tiene como máximo exponente un conjunto de alquerías históricas. La más afectada es l'Hort dels Mestres, que fue misteriosamente destruida.
