Un hombre de 41 años que vivía en la indigencia por las calles del centro de Valencia desde hacía unos meses fue encontrado muerto ayer por la mañana en un banco junto a la Catedral de la ciudad del Túria. Juan Carlos V. L., natural de Paterna, yacía tendido sobre uno de los asientos empedrados de la calle del Micalet. Allí halló la muerte, en el lugar donde reposaba tras una jornada buscando la caridad humana a las puertas de la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados.

Los turistas que transitan a diario por esta calle en la visita obligada a los monumentos del casco histórico de la ciudad se mostraban ajenos a la presencia del hombre inmóvil tumbado junto a una pequeña mochila donde portaba sus medicamentos. Fue el agente de barrio de la Policía Local quien al pasar por la zona se percató de su estado y alertó a los servicios sanitarios, que únicamente pudieron certificar su fallecimiento.

Eran las diez de la mañana y la plaza de la Virgen comenzaba a llenarse, así que varias patrullas de la Policía Nacional colocaron sus vehículos a ambos lados del banco para evitar la mirada de curiosos hasta la llegada de la comisión judicial.

Tras el levantamiento del cadáver, pasadas las once de la mañana, el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia donde hoy le realizaran la autopsia. La ausencia de signos externos de violencia y el delicado estado de salud del fallecido, quien portaba medicamentos y un parte hospitalario, apuntan que la muerte se produjo por causas naturales.

Juan Carlos llevaba poco tiempo en la zona y compañeros de fatigas de la plaza Joan de Vila-rasa, donde pernoctaba en ocasiones, aseguran que nunca se metía en líos. «Era un buen chaval».