Que dormir bien beneficia el rendimiento académico era algo obvio pero que nunca se había contabilizado con datos. Ahora eso ha sido posible gracias al proyecto europeo «Shastu» Sleep Habits in Student's Performance, que ayer, tras dos años de intenso trabajo en la comunidad educativa de Silla, sacó sus conclusiones.

Conclusiones en las que efectivamente puede establecerse una relación directa entre una mejora del sueño tras la aplicación de rutinas saludables; y su repercusión en un mejor resultado escolar, todo ello a tenor de los datos extraídos en el estudio sobre la población escolar de Silla, con edades comprendidas entre los 3 y los 18 años (alrededor de 1.200 alumnos).

Esos datos vienen a decir que tras seguir las pautas marcadas tanto en casa por las familias como en clase por los docentes, se ha reducido de un 9% a un 2,8% los alumnos de 6 a 12 años que han reconocido tener sueño en clase. En el caso de los alumnos de 13 a 18 años, esa reducción ha sido de un 29.1% a un 15.7%.

En cuanto a los problemas de esos alumnos para dormir, ahora solo un 6,9% de alumnos de Primaria reconoce tener problemas frente al 13,1% anterior. De 13 a 18 años la reducción es considerable al pasar del 18 al 3,7 %.

También es destacable que se ha reducido de un 22.2 a un12,3 % los alumnos de 13 a 18 años que reconocían sentir que su sueño era mala calidad.

Las conclusiones del estudio dirigido por el doctor Gonzalo Pin Arboledas, jefe de la Unidad del Sueño de Hospital Quirón salud Valencia y director técnico del proyecto, se basa además en dos puntos básicos: ¿Cómo introducir hábitos saludables en el mundo educativo? Y ¿Qué hora es mejor para estudiar las materias complejas y adaptar los horarios?

Pues bien, esto es posible tras la experiencia realizada en Silla en los dos últimos años. La implicación de toda la comunidad escolar ha posibilitado unos buenos resultados en los que unas actividades sencillas como una entrada con música suave, clases iluminadas y ventiladas y acciones tan sencillas como colocar a los alumnos que más se despistan al lado de la ventana han dado sus frutos y han conseguido que se mejore el rendimiento.

Son los niños con peores notas los que más han mejorado, y asimismo se ha reducido en más de la mitad los problemas de conducta en clase.

Respecto a la adaptación de los horarios, también ha sido efectiva la colocación de asignaturas lúdicas que no requieran concentración a primera hora de la mañana, o eliminar los exámenes los lunes. El proyecto ha determinado que es a partir de las 11 horas cuando el alumno más rinde y por tanto es entre semana y a partir de esa hora el momento idóneo para hacer exámenes.

El proyecto también ha trabajado con pautas saludables en casa y resumidos en una frase del doctor Pin «Siglo XXI por la mañana y vuelta al XX por la tarde», que se han plasmado en un decálogo para las familias: ir andando al colegio, cenar en familia, leer antes de acostaste o no utilizar tecnología a partir de las 19.00 horas, entre otras sencillas medidas «Con medidas muy sencillas hemos conseguido coordinar el ritmo interno del niño, con el académica y el social», señala el doctor.

El gobierno catalán se interesa

Este proyecto que está en manos de la UE ha tenido gran trascendencia. Tal es así que el grupo de trabajo dirigido por el doctor Gonzalo Pin Arboledas, junto a la edila de Educación de Silla, Raquel Sánchez, y los técnicos Raquel Gradolí y Gracián García presentarán este programa el próximo 30 de septiembre en la Generalitat de Catalunya, muy interesada en implantarlo.