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Educación

La Pobla baraja llevar a restaurantes a los alumnos sin plaza en el comedor escolar

Treinta y ocho niños no pueden quedarse a comer por falta de espacio tras descartar la conselleria instalar módulos prefabricados

La Pobla baraja llevar a restaurantes a los alumnos sin plaza en el comedor escolar

Treinta y ocho alumnos del CEIP Cervantes de la Pobla de Farnals (el único colegio público del municipio) no pueden quedarse a comer en el colegio al haberse quedado sin plaza por falta de capacidad en el comedor, cifra que aún podría modificarse cuando la Conselleria de Educación publique el número de becados. Ante esto, la única medida urgente que ha tomado el departamento autonómico es implantar «de forma transitoria» un turno corrido de comedor, en el que «a medida que los comensales finalizan van entrando otros, con lo que se puede atender a 400 alumnos», señalaron fuentes de la conselleria. El alcalde Enric Palanca asegura que la conselleria rechazó la propuesta de ampliar el comedor con módulos prefabricados «por la mala fama que tienen los barracones», pero no ha ofrecido de momento otras alternativas.

La situación no es nueva, tal como ha denunciado el gobierno local, y la propia dirección del colegio alertó el pasado mayo, y después en julio, a la conselleria de que el comedor no tendría suficiente capacidad para encarar la demanda del actual curso. Sin una respuesta inmediata de la Generalitat, y con la sospecha de que este curso no se dará una solución ni siquiera provisional para que todos los alumnos que lo demanden puedan quedarse a comer en el centro, el consistorio ya estudia varias alternativas. La principal, según adelantó ayer Palanca, pasa por habilitar un edificio municipal como comedor auxiliar. Esto supondría un gasto extraordinario para el municipio «que asumiríamos porque es una situación de emergencia», subrayó el alcalde .

Pero el ejecutivo también baraja la posibilidad de llegar a un acuerdo con bares y restaurantes de la zona cercana al colegio para que hagan un menú para niños similar al que se ofrece en el colegio, y cuyo coste asumirían las familias (como también hacen con el comedor de la escuela). También en este caso el consistorio estudiaría asumir la diferencia del precio del menú de los restaurantes si este fuera mayor que el del colegio. «Pero creo que podremos convencerles que es una medida beneficia para ellos y conseguir buenos precios», señaló Palanca.

El alcalde dio ayer su «apoyo total» a las familias que han mostrado su malestar por haberse quedado sin plaza en el comedor. «La Pobla está siendo ninguneada a nivel de infraestructuras por la administración autonómica, y esto es una buena muestra de ello», aseguró. Subrayó que año tras año el número de niños que hacen uso del comedor del Cervantes ha ido aumentando «hasta superar el aforo deseable para tener unas medidas de seguridad adecuadas» y que a lo largo del pasado curso el ayuntamiento «realizó gestiones» con la conselleria «para que ofreciera una solución a un problema grave que afecta muchas familias».

El consistorio revela que el 14 de abril la edil de Educación, Ana Borja y el aparejador municipal, se reunieron con la jefa de Servicios Complementarios de la conselleria para plantearle la posibilidad de ampliar las instalaciones. «En esta reunión quedó patente que estamos hablando de un problema real, que necesita de una intervención urgente». En mayo un aparejador de la Generalitat visitó el colegio para comprobar las condiciones del comedor, construido en la última reforma de 1991. «Nos transmitió que, debido a la antigüedad del edificio y sus condiciones, la mejor opción era hacer un comedor nuevo».

Pero no es hasta este octubre cuando los técnicos del Consell tiene previsto visitar el colegio y coordinarse con los del municipio, por lo que las obras se retrasarán hasta el próximo curso. Por ello, según explicó ayer el alcalde Enric Palanca, en mayo la dirección del colegio propuso que Educación instalase módulos provisionales para ampliar la capacidad del comedor, algo que la conselleria denegó.

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