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Transporte público

El bus y el metro pasan de las empresas

Los polígonos de l'Horta con estación ferroviaria propia o línea de autobús son una excepción La presencia de carriles bici también es testimonial Según las asociaciones de empresarios, entre el 90 y el 95 % de los empleados prefiere ir a trabajar en su coche particular

Un usuario baja del metro en el polígono Fuente del Jarro. Miguel Ángel Montesinos.

El de Fuente del Jarro de Paterna es uno de los pocos polígonos de l'Horta con parada de metro propia. «Y es porque ya estaba aquí cuando se instalaron las primeras firmas „advierte el gerente de la asociación de empresarios Asivalco, Joaquín Ballester„. Si no fuera por eso, y con la sensibilidad que han mostrado las administraciones en lo del transporte público, aún estaríamos esperando la llegada del primer tren». La reflexión de Ballester da una idea de la magnitud del problema del transporte colectivo en los polígonos del área metropolitana, donde las estaciones, líneas de bus o carriles bici que acerquen a trabajadores y empresarios a sus negocios son una excepción. Tanto que varios de los gerentes consultados ayer coincidían en que en sus polígonos entre el 90 y el 95 % de los empleados acuden a su puesto de trabajo en vehículo particular. La verdad es que no tienen muchas más opciones. «La mayoría de polígonos se han hecho sin tener en cuenta las conexiones al transporte público, y como además no llega inversión para ampliar las infraestructuras, la situación es desastrosa», destaca Diego Romá, gerente de la Federación de Polígonos Valencianos (Fepeval).

Fuente del Jarro tiene parada de la línea 1 de metro, aunque la frecuencia de paso es «tercermundista», afirma Ballester. También tiene una línea de bus que sólo da servicio a la zona norte del área y cuyo recorrido coincide con la única línea del bus municipal que queda de las cinco que había antes de la crisis. El carril bici que une la capital de l'Horta Nord con el Plantío discurre en paralelo a la vía del tren pero no tiende ramales hacia las industrias. «Si nos comparamos con otros, podríamos decir que somos unos privilegiados „subraya Ballester„, pero Fuente del Jarro es muy grande y el transporte público sólo lo aprovecha una minoría».

También se podría calificar de «privilegiados» a los trabajadores del Parque Tecnológico de Paterna, pues desde hace quince años cuentan con una línea de bus metropolitano que conecta la estación del Empalme con este parque industrial. Pero tampo la frecuencia es la deseable. «Antes pasaba cada 20 minutos. Ahora, cada 30 minutos en horas punta y cada hora el resto del día». Con estas frecuencias, y teniendo en cuenta que antes del bus tienen que coger el metro, la mayoría de los empleados del Parque opta por el vehículo propio para acudir a trabajar. La dirección ha tratado de impulsar el «coche compartido» para que empleados queden entre ellos y así compartir coches y gasto de gasolina. Hay unos 150 inscritos.

En el polígono Mediterráneo, situado entre Albuixech y Massalfassar, la del coche compartido es una opción que sólo se usa a nivel interno de algunas empresas. También la mayor mercantil de la zona (Stadler, la antigua Vossloh) pone a disposición de sus trabajadores una línea de autobús. Pero ahí termina cualquier cosa parecida a un transporte colectivo al servicio del polígono. Las estaciones del metro y tren de ambos municipios se encuentran a entre dos y tres kilómetros de las empresas y, aunque se estudió la posibilidad de instalar un bus lanzadera, el proyecto no pasó de eso y el trabajador que opte por ir en metro a trabajar porque no dispone de coche propio tiene que caminar durante más de una hora o llevar su propia bici. Eso sí, no hay carriles bici y ni siquera arcenes en condiciones para los ciclistas. Y en Moncada, tres cuartos de lo mismo. El polígono Moncada II tiene relativamente cerca la estación de metro de la localidad, pero no Moncada III. «Yo he visto trabajadores andando por el arcén de la carretera para ir a sus empresas», explicaba ayer un empresario.

En l'Horta Sud quizá los polígonos de Picanya son los que disponen de mejores conexiones pues, pese a no tener estaciones de metro propias, su cercanía a los cascos urbanos de Picanya y Paiporta permite que sus trabajadores apenas tengan que caminar 5 minutos (o ir en bici, porque también hay carril de ciclistas) para ir desde sus empresas a la estación. Y en Catarroja, la zona del Bony tiene las vías de tren en pleno polígono con lo que se puede acceder con el cercanías con una frecuencia de 20 minutos, no así en autobús. En cuanto al carril bici, la asociación de empresarios Aeca ha reclamado esta infraestructura y el consistorio ha elaborado un proyecto que una el casco urbano con el Port y, de paso, conecte con el polígono. También en Quart los empleados de las firmas próximas al centro sí pueden acudir al trabajo con el bus metropolitano y en metro, pero las factorías lejanas ya no disponen de transporte público. En Aldaia, de sus ocho polígonos sólo uno (el de la Fillola) cuenta con servicio de Fernanbús. En los dos polígonos de Alaquàs ni siquiera eso. El Fernanbús que conecta el casco de Torrent con Calicanto es la única opción (eso sí, con cinco paradas) para los trabajadores del polígono de la capital de l'Horta Sud. Pero el coche particular sigue siendo el rey. Hace años el Club de Gerentes y el consistorio abrieron una línea del bus «piloto» para los empleados de la zona industrial. Meses después la retiraron. Fue un fracaso.

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