Medio millar de personas acude diariamente al restaurante que funciona como sede de la asociación «Ca La Mare» de poco más de 100 metros cuadrados, a la espera de que el banco les ceda un local cercano de 500 metros cuadrados.

Fue hace cinco meses cuando esta entidad bancaria les prometió la cesión del local. La asociación acordó un año de carencia en el pago del alquiler ya que dicho local requiere de una serie de reformas a costear por la asociación, quien ya tiene el compromiso de algunas empresas dispuestas a realizar esta reforma de forma solidaria, contratando a gente sin recursos que acude a la asociación.

Ante la inminente cesión del local, la asociación ha estado moviéndose en busca de ayudas. Así ha logrado que la Comunidad Económica Europea, a través del FEGA, subvencione 346 comidas «que a duras penas logramos sacar adelante en nuestro actual local, y más teniendo en cuenta que cada vez son más los que llegan pidiéndonos comida, estamos ya alrededor de las 500 comidas diarias», alerta Giovanna Rodríguez, presidenta y fundadora de la asociación.

Acuerdo con el Servef

Y no solo eso, ante la promesa del nuevo local, la asociación está en negociaciones con el Servef para poder impartir curso de formación de adultos para el graduado escolar, así como clases de alfabetización. Negociaciones que ahora mismo están en punto muerto porque no dispone de una sede apropiada. «Ahora mismo estamos dando clases para adultos y también de repaso para niños con problemas de Infantil, Primaria y Eso en nuestro local, en el salón del restaurante. Está claro que no es el sitio apropiado y no disponemos de los recursos para poder realizar este curso como es debido», denuncia.

«Ahora el banco nos da largas y nos dice que no sabe sí va a poder cedernos el local. Necesitamos saberlo ya para buscar soluciones, porque hay gente muy necesitada que no puede esperar y cadavez tenemos más solicitudes»., señala la presidenta.