La Cordà de Paterna no es la única de este tipo de manifestaciones culturales de fuego que se ralizan en la comarca de l'Horta, aunque es la más conocida y la que tiene repercusion internacional. Otras poblaciones de la zona también realizan sus «cordaes» de mayor o menor dimensión, según la tradición local, la normativa o el presupuesto de los festeros de turno para la actividad.

En Picanya, uno de los referentes en cuanto a «cordaes» se refiere, encargaron hace unos 20 años un vallado para acotar una zona fuera del centro de la población, donde se realiza cada ejercicio en plenas fiestas. Pero además, esta valla se presta anualmente a unos veinte municipios, según informó ayer el alcalde, Josep Almenar.

Entre estos pueblos, se encuentran Picassent —para la «cordà» de sus fiestas de septiembre—, Aldaia —para esta tradición en sus fiestas de agosto— o Torrent —para la «cordà» que celebra como colofón de l'Entrà de la Flor, que se realiza el 1 de febrero—.

El vallado de Picanya está formado por diferentes piezas que se ensamblan, por lo que es adaptable a distintos espacios, tanto si se quiere utilizar para acotar un espacio público como si se aplica como protección de fachadas de viviendas.