Mare Music, la empresa organizadora del festival Marenostrum, no ha tirado la toalla en su intención de que Alboraia acoja un macrofestival de música electrónica. Pasado el verano en el que la Generalitat dio al traste con sus planes (y los del ayuntamiento) para que el paraje del Miracle, junto a la ermita dels Peixets, acogiera a unos 70.000 jóvenes para disfrutar de tres jornadas de conciertos, la promotora prepara un nuevo proyecto para el verano de 2017 que intenta sortear las cuestiones legales que impidieron la celebración del festival el pasado julio: principalmente la falta de permisos para desarrollar un evento así a escasos metros del mar (afectaba a una reserva de dominio público en la que Ley de Costas restringe los usos y actividades) y en un terreno que quedará protegido en el Plan de la Huerta.
De hecho, ante la imposibilidad de montar el escenario en el paraje del Miracle, los promotores del evento quieren trasladar el escenario y el recinto para el público al otro lado del barranco del Carraixet; en concreto, al aparcamiento del centro comercial Alcampo, una pastilla de suelo urbano y de titularidad municipal que, en teoría, sí puede acoger este tipo de espectáculos. Además, la intención de la promotora es situar las actuaciones entre el edificio de Alcampo y el de Leroy Merlin, colocando los altavoces de cara al mar, algo que, según aseguran, reducirá al máximo el sonido de la música que llegará a las viviendas de Port Saplaya, situadas en el lado opuesto al centro comercial.
Precisamente, la Conselleria de Obras Públicas aseguró en su día que en abril ya advirtió a Mare Music de que en la partida del Miracle no iba a obtener los permisos necesarios, pero que si trasladaba el festival al aparcamiento del centro comercial no tendría problemas. Los organizadores siguieron adelante con sus planes e incluso acondicionaron el recinto retirando cientos de toneladas de escombros, montaron las instalaciones y vendieron miles de entradas.
Pero la promotora no renuncia a aprovechar los terrenos agrícolas de propiedad particular cercanos a la ermita dels Peixets y a la playa, donde se tenía que haber celebrado el festival en julio. Sobre todo porque acordó con la mayoría de los propietarios alquilar sus parcelas para un periodo de tres años. Así, el plan de Mare Music es utilizar dichos terrenos para acoger la zona de acampada de los «nostrumers», que podrán desplazarse a pie desde allí hasta la zona de conciertos a través del puente que cruza el Carraixet. La empresa considera que acampar sí es uno de los usos permitidos en el paraje.
Reuniones con los partidos
Desde finales del pasado mes de septiembre, representantes de Mare Music están manteniendo reuniones con los partidos políticos de Alboraia para comunicarles sus intenciones, un tipo de encuentro que también pretenden mantener con asociaciones vecinales o colectivos como Som Horta que mostraron su oposición al festival. De esta forma, quieren evitar la oposición casi generalizada de estos grupos a la celebración del festival en els Peixets, acordada previamente con el gobierno local socialista. Según ha podido saber Levante-EMV, la empresa está trasladando a los representantes políticos de Alboraia que las actuaciones de los DJ serán sólo una parte (eso sí, importante) del Marenostrum de 2017, ya que también quieren incluir actividades a celebrar a lo largo de la semana, como rutas gastronómicas, ferias o carreras populares.
Además, y según explicaron ayer fuentes municipales, la promotora pretende ampliar generacionalmente su clientela potencial. Según han explicado a los partidos, de cara al festival que se iba a celebrar este verano comprobaron que muchos jóvenes, que habían adquirido una entrada llegaban junto a sus padres, que se iban a alojar en apartamentos u hoteles de Alboraia y Valencia. La intención de Mare Nostrum es ofrecer una especie de «pack familiar» de semana vacacional para las familias.
