Ubicado en un enclave envidiable, en plena huerta de Paterna, el Centro de Educación Medioambiental Granja Júlia sobrevive año tras año lleno de vitalidad con el objetivo de lograr la integración de los jóvenes del barrio de la Coma. Ayer celebró una jornada de puertas abiertas para dar a conocer su labor pero también para lanzar un grito reivindicativo para pedir «dejar de ser asistidos de por vida» y poder «funcionar con suficiencia», aunque burocracia y tramitación juegan en su contra.
Mientras se cocinaban a leña dos grandes paellas, Luis París, portavoz del centro, y otros compañeros fueron mostrando qué es Granja Júlia y qué hacen. Entre el medio centenar de asistentes estaban representantes de todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Paterna.
En la actualidad una veintena de jóvenes del barrio de la Coma asisten cada día al centro de día Granja Júlia. Allí reciben formación básica, pero también valores como el respeto y la convivencia. «Algunos de los chicos han dejado la escuela y hay que volver a acostumbrarlos a seguir ciertas normas: madrugar, comportarse, al tiempo de leer y escribir», comentaba París. Una docena de ellos, entre los 16 y los 18 años, asiste a los cursos de animación infantil sociocultural en medio abierto y de monitor medioambiental.
Los otros ocho chicos se encargan de recibir formación dejardinería y agricultura. Granja Júlia cuenta con dos aulas, cocina, cuadra y sala para guardar las herramientas pero también dispone de tres parcelas. En una de ellas cultivan alfafa para un pastor de la zona a cambio del abono natural que generan los animales; en la otra hay huertos urbanos y en la más amplia „el huerto multiverso„ han plantado caña de azúcar para ejercer de barrera de los terrenos cultivados con productos químicos y proyectan una vivienda mediante bioconstrucción, zonas de cultivo adaptadas para personas con diversidad funcional y un gallinero común para los vecinos.
