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Torrent, del estreno al «The End»

Un libro repasa los cines en Torrent a través de los programas de mano El municipio llegó a tener más de media docena de salas en los cincuenta y sesenta El último cinematófrafo cerró en 1996 Marujita Díaz o Fernando Rey asistieron a los estrenos

Torrent, del estreno al «The End»

En el Torrent de 1950, con apenas 16.100 habitantes y todavía bajo la herida de la guerra civil, la ciudadanía, mayormente dedicada al mundo rural, tenía una vía de escape: el cine. Más de media docena de cinematógrafos ofrecían los últimos estrenos o clásicos de antaño, en función de la potencia económica de la sala. En cambio, la ciudad vio cómo los cines iban cerrando al mismo tiempo que evolucionaba hasta quedarse sin gran pantalla desde 1996. La historia del cine en Torrent la repasan Enrique Carratalá y Jorge Sánchez en una minuciosa investigación basada, principalmente, en los programas de mano de las salas.

El primero en abrir fue el Cervantes en 1911 por iniciativa de Francisco Torán. En 1928 su aforo alcanzaba las 637 plazas, con palcos y butacas. En 1935 Torán lo cedió en alquiler a la familia Abellán, de Valencia, que lo mantuvo abierto pese al conflicto bélico, aunque fue municipalizado y se cobraba un sello como impuesto en la entrada. La familia Torán lo recuperó tras laguerra y rompió la taquilla con «Gilda» y «La violetera». Cerró en 1969 ante la potencia de los cines de la Avenida.

En 1929 comenzaron las obras de expansión de la actual avinguda al Vedat. En 1931 abrió el Cine Avenida con la proyección de «El precio de un beso». Julio Baviera alentó a Jesús Muñoz, un empleado suyo, a la apertura. Los precios oscilaban entre los 25 y los 75 céntimos y por su gran pantalla 'desfilaron' Marilyn Monroe, Lauren Bacall, Humprey Bogart, Clark Gable, Gary Cooper, Burt Lancaster, Cary Grant o Charlton Heston. Pese a que las cintas se estrenaban primero en Valencia, Torrent aglutinaba a espectadores de poblaciones de su entorno. Cerró en 1985, cuando Montecarlo y Liceo habían caído años antes.

En 1946, la avinguda ya llegaba hasta la Plaza Moralets. Patricio Baviera le comenta a Francisco Silla la posibilidad de levantar un cine en uno de sus terrenos. La sala Montecarlo encendió su pantalla dos años después con «¡Qué bello es vivir!». Logró estrenar títulos antes que la capital, gracias a los contactos con Suevia Film, y actores como Fernando Rey o Marujita Díaz presenciaron en directo sus premieres. La proyección de «El último cuplé», de Sara Montiel, fue un éxito de taquilla y se mantuvo en cartel varias semanas, algo inusual en aquellos tiempos. La diva estuvo en Torrent, tras recoger un premio en Valencia. El Montecarlo fue un pionero con el sistema de refrigeración y el pase de cine erótico. Antes de su cierre en 1983 ya sólo reponía films de reestreno.

Liceo, un cine por todo lo alto

El Cine Liceo lo fundo Tomás Moreno en 1959, no sin sortear las trabas de sus competidores. «La vida por delante», con Fernando Fernán Gómez, y «Fuego verde», de Grace Kelly, eran los primeros films proyectados. El cine era un majestuoso edificio neoclásico de cuatro plantas, amplios ventanales y balcón. La platea tenía unas 1.400 butacas, más las 800 del anfiteatro y el sistema de sonido era innovador. El problema es que apenas podía pagar competir en estrenos con sus vecinos y tuvo que conformarse con títulos viejos. Triunfó con «¿Dónde vas Alfonso XII», arrebatada al Montecarlo y buscó oxígeno con el cine infantil las mañanas de los fines de semana. Fue clausurado en 1983.

Los tres cines de la avinguda se unieron en sociedad en 1961, bajo el nombre de Cinelam, consiguiendo una taquilla única para compartir gastos e ingresos y lograr un precio más bajo por los estrenos con las distribuidoras. Estuvo en vigor 22 años.

Cine de verano y religioso

Los cines de verano tuvieron su espacio, auge y declive entre el 40 y el 60. Se abrieron cuatro en la piscina las Delicias, en el parque de atracciones, Casalt (en el Vedat) y la terraza El Clot, pegado al cine Avenida. También el Salon Parroquial o el Hogar Antoniano, ambos vinculados a la iglesia, proyectaron películas en varias etapas entre 1918 y 1981.

Los dos últimos cines fueron el Torrent Decine y Las Américas. El primero lo impulsó Josep Almudever en 1979 con un aforo para 500 espectadores. El precio para conseguir el pase de un estreno era muy elevado y se nutría de reestrenos de Warner, MGM y Paramunt como Rocky, Rambo, ET, Blade Runner o Regreso al Futuro. Pese al cierre de los cines de la avenida no logró más espectadores y claudicó en 1989. El inaugurado centro comercial Las Américas incluyó unos pequeños cines. Entre el boom del alquiler de películas y la cercanía con Valencia apenas duró tres años (1993-96).

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