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Escasez de agua

"Esta agua se va a otros pueblos y al mar. Y mientras, nuestras huertas se van muriendo"

Los agricultores de la Pobla se sienten perjudicados en los turnos de riego de la Real Acequia de Moncada Piden modificar el reglamento del siglo XVIII para tener un «síndic» propio que vele por sus intereses

El Consell Agrari de la Pobla de Farnals ha solicitado a la Real Acequia de Moncada (RAM) que modifique su reglamento regulador del siglo XVIII para que esta localidad de l'Horta Nord tenga su propio «síndic» (administrador) permanente en la junta de regantes ya que sus agricultores se sienten perjudicados en el reparto de los turnos de riego. Según denuncian los «comuneros» de la Pobla, al depender de «síndics» residentes en otros municipios, sus intereses ante el organismo que regula los riegos con aguas provenientes del río Túria en 6.343 hectáreas de l'Horta Nord no están bien representados, sobre todo a la hora de vigilar que el agua llegue a las parcelas agrícolas que lo necesitan, y que se cumple el sistema de turnos.

«La Pobla no tiene ni "síndic" ni "guarda" (que es el que ha de controlar el cumplimiento de los turnos para regar con el agua proveniente de la Real Acequia), así que son otros quienes deciden cuándo se abre el "forat" (la conexión de la acequia mayor para abastecer los ramales desde los que se riegan las huertas) para poder regar nuestras huertas. Lo que no queremos es que cuando se abra el "forat" después del dos vaya el tres y que no pase directamente al cuatro», ejemplificaba ayer Bautista Ruiz, responsable de la cooperativa agrícola San José de la Pobla.

«No queremos privilegios, solo tener el agua que nos quitan para poder regar nuestras huertas», señala a continuación el «comunero» José Menchón. «Toda este agua que ves se va a otros pueblos y al mar „añade mientras señala el ramal de una acequia entre la Pobla y el Puig„. Y mientras, nuestras huertas se van muriendo».

La junta de gobierno de la Real Acequia de Moncada está compuesta por doce síndicos, además del «sequier major», que representan otras tantas zonas de riego. Además de defender en la junta los intereses de los regantes de su zona, sobre todo en lo que respecta a la cantidad y periodicidad del riego, el «síndic» supervisa la labor del «guarda». En la junta de gobierno hay diez «síndics» permanentes y dos rotatorios.

A la Pobla, que históricamente ha tenido menos hanegadas de riego que otros municipios, le corresponde ocupar uno de estos dos «síndics» rotatorios cada 14 años y durante tres años, según queda establecido en el ordenamiento agrario que regula el funcionamiento de los cargos XVIII. La Pobla comparte este «síndic» rotatorio con municipios como Albuixech, Massalfassar o Massamagrell, mientras que su «guarda» es del Puig. «Se trata de una reglamentación desfasada, dado que la realidad de la huerta ha evolucionado a lo largo de los siglos y la superficie agraria de la Pobla ha aumentado mucho en este tiempo», asegura el alcalde y presidente del Consell Agrari, Enric Palanca.

«No queremos privilegios. Lo único que queremos es una distribución del agua en el turno que nos toque, especialmente de las aguas provenientes de la depuradora que está en nuestro término municipal», señalaba ayer José Menchón, un agricultor que asegura haber perdido el pasado verano cerca de 2.000 euros por la falta de riego de sus huertos de tomates pese a encontrarse a escasos metros de la depuradora, que aporta decenas de litros de agua por segundo a la Real Acequia.

Daniel Adrià, también agricultor de la Pobla, subrayaba ayer que «si tuviéramos un síndic permanente estaría pendiente de si hay campos en los que hace falta regar, de avisar cuando toca abrir el "forat" cuando nos toque el turno de regar. Eso ahora no está pasando y nos está perjudicando. Hablamos con el guarda del Puig pero no nos hace caso».

Una huerta más productiva

El Consell Agrari de la Pobla reconoce que en las últimas décadas la superficie regable del término municipal ha descendido y que muchas parcelas agrarias han quedado abandonadas. «Pero eso ha cambiado y ahora los propietarios, los agricultores y el ayuntamiento están haciendo un esfuerzo para recuperar y poner en marcha nuevas huertas, se están limpiando los campos y hay más necesidad de agua que antes», asegura Bautista Ruiz. «Tener el turno que nos toca „añade Menchón„ permitiría que nuestra huerta vuelva a ser productiva y revitalizaría el comercio. Pero para eso nos hace falta el agua de la acequia y el síndic que represente nuestros intereses».

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