«Quería despedirme de Silla ayudando, agradeciendo todo el cariño que me han dado durante estos 25 años trabajando en el centro de salud» y no se le ocurrió nada mejor a la pediatra Amparo de Miguel que celebrar su jubilación recaudando dinero para el comedor social y Cáritas Silla con la venta de las acuarelas que pinta como hobbie en su casa.

No es la primera vez que lo hace. En el año 2000 un cúmulo de casualidades acabaron con la venta de 35 cuadros. «Estaba en la consulta con un niño cuya mamá tenía mucha prisa porque trabajaba en el área de Cultura del ayuntamiento y tenía que montar una exposición. Y le dije ¡qué envidia, yo también pinto! y me contestó, ¿quieres que montemos una? Aunque ya te aviso que apenas se venden cuadros».

Al principio Amparo dijo que no, que ella pintaba para sí misma, pero luego pensó que con el dinero que sacase podría ayudar a otros niños que no podían sufragar el coste de tratamientos no cubiertos por la Seguridad Social como las ortodoncias o las gafas. «¡Lo que nunca me imaginaba es que se vendieran todos!». Tal fue el éxito -se recaudó en torno a 6.000 euros- que se creó una comisión formada por trabajadores sociales y pediatras para detectar los casos de más necesidad y poder elegir a las familias adecuadas para recibir «los regalos» de Amparo. La exposición se repitió de forma anual hasta el 2005, recaudándose en total unos 29.000 euros.

Sin embargo, este verano cuando Amparo cumplió 65 años y le dieron la jubilación tuvo claro que quería despedirse a lo grande. Así, el próximo viernes 16 de diciembre a partir de las 20 horas, inaugurará en la Casa de la Cultura de Silla una exposición a beneficio de Cáritas y del comedor social con 65 acuarelas con un precio de venta de 65 euros. La exposición se alargará hasta el viernes 23 de diciembre.

«Quería que el 65 estuviera presente porque es con la edad que me han jubilado, aunque yo no quería...», afirma.

Esta vez, Amparo de Miguel ha querido que el destino de esta recaudación no sea para cubrir los tratamientos médicos no costeados por la Seguridad Social sino para Cáritas Silla y el comedor social.

«Ahora desgraciadamente las necesidades han cambiado y no son las mismas que hace doce años. Ahora las familias no tienen dinero para comer o para pagar la luz, y eso es más urgente que llevar unas gafas o una ortodoncia», explica.

Amparo de Miguel espera que su exposición sea un éxito y el dinero llegue a muchas familias, aunque para ella el mayor éxito es el cariño que se lleva de todos los niños y niñas que han pasado por su consulta en Silla. «Ver que una niña que no sonreía nunca por vergüenza, lo haga porque le han puesta una ortodoncia gracias a mis cuadros, es algo que no olvidaré nunca».