"Los Baños del Callejón" es el título de la segunda novela del exalcalde de Alaquàs, Adrià Hernández, que presentó el sábado en el Castell y que es fruto de varios años de investigaciones históricas en los principales archivos. El autor vuelve a utilizar como protagonista a la familia aristocrática que ostentaba el Senyoriu d'Alaquàs en el siglo XVI (los Aguilar y los Pardo de la Casta) y aquellas personas con las que se relacionaron.

A partir de ese punto, Hernández inventa una trama de intriga y ficción que arranca con el asesinato de una prostituta musulmana en los Baños del Almirante, como pretexto para recorrer lugares, estamentos, instuciones y personajes del Regne de Valencia, y también reflexionar sobre las relaciones y tensiones entre los cristianos y los representantes del mundo islámico.

No obstante, el autor confesó en el acto de presentación del libro que, en las últimas semanas de preparación de esta novela, decidió incluir un personaje totalmente ficticio, el de una mujer que lucha contra la enfermedad, que está inspirado en Amparo Alabau, maestra y exjueza de paz de la población, que falleció de cáncer el pasado enero. "Era una mujer excepcional", dijo de esta intelectual, que ha recibido diversos homenajes en estos meses.

Hernández estuvo acompañado en el acto de la delegada de l'Horta de Levante-EMV, Laura Sena, que realizó la presentación -le definió como "una persona que se ha reinventado mil veces" y que ha contribuido a escribir la historia reciente de Alaquàs- y la propia alcaldesa, Elviira García. La mandataria socialista aprovechó para anunciar que, con motivo del centenario de la declaración del Castell como monumento nacional, en 2018, en breve se constituirá una comisión preparatoria de los actos.

La presentación se inició con la proyección de un audiovisual que reproducía un dibujo realizado por el propio Hernández, que recrea en Alaquàs previo a la construcción del Castell, fruto de su conocimiento de la trama urbana que se mantiene y de las investigaciones que ha realizado. Además, el grupo Origami Teatre recreó uno de los pasajes de la novela.

El autor incidió en que los documentos hallados a lo largo de varios años revelan también que Alaquàs siempre fue un pueblo de mestizaje, ya que tanto en el momento de la conquista, como en el siglo XVI, el censo estaba integrado por vecinos llegados de distintos puntos de España, al igual que se produjo en los años 60 y 70, y posteriormente en los años 90, con la llegada de personas inmigrantes de otros países.

Con todo, lamentó que "las cosas hayan cambiado muy poco en aspectos tan básicos" como el de las diferencias sociales, la corrupción, el maltrato y la violencia. "No voy a decir que no hemos mejorado pero en el siglo XVI había vasallos que tenían esclavos en Alaquàs, no sólo los señores, y hoy serían los magrebís, romanos y de otros pueblos que llaman a nuestras puertas".

Finalmente, indicó que ciertos documentos hallados en los archivos históricos, referentes a comportamientos de algunos señores de Alaquàs en contra de lo que dictaba la corona, le hacen pensar que probablemente sean la semilla de "el clima de convivencia y concordia, y la capacidad que tenemos aquí de organizarnos y de actuar colectivamente". "No es producto de la casualidad porque lo que pasa aquí no pasa en los pueblos del entorno, que tienen la misma historia y son igual de mestizos", indicó, para referirse después a que Úrsula de Aguilar le arrendaba el molino a un musulmán, "cuando era el bien que más regalías le aportaba" y que en la población no se demolió la mezquita cuando llegó la orden de la corona, aunque tuviera que cerrarse, ya que un documento refleja que fue vendida 15 años después.