Fundada hace más de medio siglo y con cierto auge durante décadas, la cooperativa agrícola de la Pobla de Farnals entró en decadencia en su función principal, a mediados de los años 90 del pasado siglo. Su sección de cooperativa de crédito, uno de sus objetivos fundacionales, había sido asumida por las cajas rurales. El declive provocó que comenzara a vender patrimonio —se deshizo de la mayoría de campos— y reorientara su función. En el plano patrimonial, la última gran venta la realizó en 2012, cuando instó al consistorio a la expropiación de un terreno de 5.000 metros cuadrados que era dotacional, según el Plan General de Ordenación Urbana, por el que obtuvo 1,2 millones de euros, a pagar en varios ejercicios —quedan dos plazos—. La evolución de su actividad llevó a la entidad a convertirse en una empresa de servicios agrícolas, por un lado, y servicios urbanos, en general, por otro. Jardinería o reparación de caminos son algunas de las tareas que realizan, en algunos casos subcontratadas por el consistorio, «siempre que cumplan todos los requisitos como cualquier otra empresa», según aclara el alcalde Encir Palanca. l. s. la pobla
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