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Una carroza hecha a mano para Puçol

El peñista Ramón Serneguet ha construido un vehículo lleno de detalles que se desmonta para pasar bajo las vías del tren

más de un mes de trabajo en la carroza.Los Reyes sobre la carroza, en plena cabalgata por las calles de Puçol. Desmontaje de la parte superior trasera para permitir que el vehículo pasara cómodamente bajo las vías del tren y completara el recorrido.Ramón Serneguer, trabajando en la carroza.El autor da los últimos retoques a la carroza. El vehículo totalmente acabado a mano y con numerosos detalles artesanales. La carroza por detrás durante la cabalgata de Reyes. f a. p.

La Agrupación de Peñas de Puçol, promotora de numerosos eventos que se realizan en la población, ha dado la campanada este año en la cabalgata de Reyes con una carroza única, hecha a mano, toda de madera, con diseño artesanal y cuyo autor ha sido uno de los peñistas.

Ramón Serneguet ha pasado un mes encerrado todas las noches, trabajando solo, para tenerla a punto la primera semana de enero. «En noviembre, desde la agrupación compramos una carroza nueva para utilizarla a partir de este año, pero al verla me pareció muy convencional y decidí desmontarla íntegramente aún antes de estrenarla», confiesa Ramón. «Quería un vehículo único, que dejara boquiabiertos a los niños y por eso me encerré a visualizar algo artesanal, sin ningún elemento prefabricado, todo diseñado en madera y luego pintado a mano», añade este artesano aficionado.

El trabajo estaba pensado para resolver los problemas habituales de la cabalgata ya que incluye un compartimento secreto para los altavoces y el equipo de sonido; las tapas de las ruedas se desmontan en segundos, por si llegara a pinchar algún día; y además se puede desmontar la parte trasera en segundos, para atravesar el paso subterráneo bajo las vías del tren.

«Llevo trabajando un mes, todas las noches hasta el amanecer, y en este tiempo he perdido doce kilos. No lleva mensaje, sólo una firma, MC-33, que es mi marca como artesano. Y, por supuesto, he trabajado solo durante todas estas noches, aunque para ello mi mujer y mis hijos han tenido que hacerse cargo del bar del campo de fútbol, al que no he ido a trabajar en estas últimas semanas», explica Ramón Serneguet.

El peñista continúa con esta carroza una tradición que comenzó hace años: hacer cada día de Reyes una actividad absolutamente distinta. Así, no es extraño descubrir que ha acudido disfrazado a animar esos días en residencias y, sobre todo, hospitales. «La noche de Reyes en la sala de los niños enfermos terminales es algo que nunca podré olvidar; ver cómo le cambiaba la cara a los padres y sus hijos es algo que me cambió la vida a mí mismo y me puso las pilas durante el resto del año», reconoce.

El estreno de la carroza contó con un imprevisto: un pinchazo del tractor que tiraba de ella. Por ello, la puesta de largo se retrasó media hora. Elegante, cómoda para los participantes y llena de pequeños detalles que avalan su carácter artesanal, la carroza llamó la atención durante el recorrido por las avenidas Molí de Vent y Valencia. Pero fue al final de del recorrido cuando el público comprobó sus posibilidades.

Al ritmo de «Carmina Burana», la mítica pieza de Carl Orff, con nieve carbónica lanzada desde un balcón cercano, Ramón Serneguet y Juan Sebastiá fueron los encargados de desmontar, en apenas segundos, todo el soporte decorativo, para permitir que la carroza pasara bajo las vías, mientras los reyes, a pie, posaban en multitud de fotos con los más pequeños y pequeñas.

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