La demolición por error hace unas semanas de una plataforma antiaérea que formaba parte de la línea defensiva Inmediata, construida por el Ejército republicano durante la Guerra Civil, ha puesto de manifiesto la fragilidad de este patrimonio bélico, que carece de una figura de protección global y prácticamente tampoco la tiene en los municipios que abarca, y que además está parcialmente en terrenos privados.

En El Puig fue una contrata municipal la que destruyó esta estructura de hormigón macizo de cinco metros por tres y una altura de un metro, como adelantó Levante-EMV. La empresa tenía que realizar la demolición de una edificación en ruinas de una parcela privada donde estaba la plataforma, como ejecución subsidiaria tras no haber atendido el dueño los requerimientos municipales. Y por falta de información, los operarios hicieron también desaparecer el elemento patrimonial.

Pero esta no ha sido la única agresión que en los últimos 20 años ha sufrido la línea Inmediata en su trazado, desde el Puig hasta Riba-roja, sino que ha habido destacados capítulos que provocaron protestas y, en algunos casos, se debieron a iniciativas públicas. Así, en los años 90 se partió por la mitad un nido de ametralladoras para abrir la calle Falcó, en un proyecto de urbanización en San Antonio de Benagéber que nunca llegó a completarse. En ese término ya se había acabado con gran parte de los elementos al construir Colinas de San Antonio.

Y en el kilómetro 11 de la CV-35, en término de Paterna, la Conselleria de Obras Públicas arrasó un búnker en el proyecto de ampliación de esta gran vía. También en el Puig, el Ministerio de Fomento destruyó parte de la una colina donde había diversos elementos para ampliar la línea de tren.

Estas agresiones y especialmente la última, que se produce en pleno proceso de constitución de un consorcio de ayuntamientos que quiere proteger la línea, ha llevado a los estudiosos de este patrimonio „la mayoría aficionados que han hecho trabajos de campo de forma altruista„ a reclamar que los ayuntamiento «aceleren la declaración de Bien de Relevancia Local» para los elementos que tengan en su término. Así se pronunciaba el fotógrafo José Aleixandre mientras el cronista del Puig, Julio Badenes, instaba hace unos días a los municipios a «tomarse más en serio» esta línea defensiva.

La Inmediata se construyó entre 1938 y 1939 como fórmula para proteger la ciudad de Valencia ante un posible asedio de las tropas rebeldes franquistas, aunque nunca llegó a utilizarse porque la Guerra Civil acabó antes de la entrada en el «cap i casal». La red tiene al menos 300 elementos diferenciados de una decena de tipologías y atraviesa ocho municipios „El Puig, Moncada, Nàquera, Bétera, Paterna, San Antonio de Benagéber, l´Eliana y Riba-roja, siendo el primero y el último los que más patrimonio tienen„.

En la actualidad y a pesar de que existen peticiones formales desde hace más de una década, no existe un estudio global de la línea ni tampoco un inventario de todos sus elementos. En la etapa de gobierno del Partido Popular en el Consell, a raíz de la iniciativa europea «Paisajes de Guerra», llegó a existir un compromiso de la dirección general de Patrimonio de declarar la línea BIC, pero los trabajos se paralizaron por directrices políticas.

De este modo, sólo existen estudios parciales elaborados por los consistorios del Puig, Moncada, Bétera o Paterna, mientras que Riba-roja tomó hace un año la iniciativa de impulsar la asociación de ayuntamientos. De ahí que los estudios y trabajos de referencia sean, además de los de los mencionados Aleixandre y Badenes, de colectivos como la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Túria y de estudiosos del patrimonio como Esteban Clemente, Josep Durbán, José María Azcárraga o Juan Alcácer, entre otros. La mayoría forma hoy parte de la comisión de expertos que tendrá el consorcio de ayuntamientos.

En cuanto a la titularidad del suelo donde se ubican los elementos defensivos, al menos la mitad es privada. Como ejemplos están, la zona de huerta del Puig, el Mas de Elías o Mas Camarena de Bétera, la zona industrial de Paterna y el enorme patrimonio de la Guerra Civil que envierra en bosque de la Vallesa en Paterna, San Antonio, l´Eliana y Riba-roja, en manos de la familia Gómez Trénor, entre otros.

Además, sólo Paterna tiene una parte de las trincheras catalogadas. Y respecto al estado de los elementos, el Puig ha puesto en valor los de la montaña de la Patá; Nàquera rehabilitó la zona del Cabeç Bord y Bétera limpió los del Corral de Quierro. Un pequeño porcentaje de una línea prácticamente desconocida.