El Ayuntamiento de Massalfassar inició ayer las obras de su futura sala multiusos en el edificio abandonado de lo que iba a ser el Centro de Día municipal, un proyecto que quedó paralizado en 2012 y en el que la Generalitat iba a invertir 411.000 euros de los 654.000 del coste total a través del Plan Confianza. La actuación iniciada ahora tiene como objetivo adaptar parte del inmueble como una sala polivalente con una capacidad para cien personas sentadas y en la que se podrán impartir talleres y cursos municipales, así como acoger actos públicos. Además, el gobierno local que preside Carles Fontestad estudia trasladar a este edificio el centro de salud de la localidad, ya que las actuales instalaciones situadas en el centro de Massalfassar «están muy viejas», tal como lo definió ayer el regidor de Compromís.
Por otra parte, el ayuntamiento estudiará trasladar también al edificio todavía sin concluir las oficinas de la Policía Local, que actualmente ocupan parte de la planta baja del edificio consistorial. De esta forma, el espacio que dejaría la Policía sería ocupado para ampliar las dependencias de atención a los vecinos y evitar que, sobre todo los más mayores, tengan que subir a las plantas superiores para realizar trámites administrativos.
Con estos traslados lo que quiere el gobierno local es dar una utilidad a uno de los edificios que más dinero han costado en la historia reciente del municipio, y que actualmente se encuentra sin uso y por terminar. De hecho, y según Fontestad, solo están listas dos de las tres fases del proyecto inicial, las correspondientes a la obra exterior del inmueble, que tendría que haber sido inaugurado en 2011, justo cuando las obras quedaron paralizadas. El consistorio de l'Horta Nord ya ha pedido a la Generalitat el cambio de uso del inmueble, concebido originalmente como centro de día con capacidad para atender a 70 jubilados y pensionistas de la localidad.
Las obras de este centro se iniciaron en 2010 con un presupuesto de 654.000 euros pero en 2011 la empresa constructora entró en suspensión de pagos y abandonó el proyecto tras haber cobrado más de 200.000 euros. Esa fue una de las razones a las que se acogió el ayuntamiento, gobernado entonces por el PP, para paralizar la construcción del centro de día y cerrar el recinto con una valla metálica para evitar robos de material en el interior. La otra razón, según reconoció el entonces alcalde en funciones José Vicente Rico (PP), fue el cerciorarse que en plena crisis económica iba a ser muy difícil cubrir las plazas necesarias para que el proyecto resultase rentable. «En el momento en el que se planteó el centro puede que hubiera gente que quisiera ingresar en él, pero como están ahora las cosas la gente mayor prefiere quedarse en casa», señalaba entonces el ahora portavoz del PP en la oposición.
Ayer, y en declaraciones a este periódico, el actual alcalde también señaló que tanto su ejecutivo como el actual gobierno de la Generalitat han descartado destinar el edificio al uso para el que fue concebido, y que el gobierno autonómico prefiere que sea el ayuntamiento quien gestione su uso.
Además de las 70 plazas para jubilados y pensionistas de Massalfassar, el centro de día iba a tener un gran salón y comedor para cien personas, sala médica, sala de curas, vestuarios, baños, sala de rehabilitación y gimnasio. El proyecto estaba financiado en su mayor parte con el Plan Confianza (411.000 euros) que impulsó el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps. En 2015 el gobierno autonómico acabó de pagar las certificaciones de obra que había ido adelantando el consistorio, que además pagó otros 200.000 euros de la parte de la financiación que le correspondía.
