Los usuarios de la línea de Cercanías de Renfe que une Gandia con la ciudad de Valencia ya no saben a qué hora deben salir de casa para llegar a tiempo a sus destinos. Según denuncias recogidas ayer por este periódico, el servicio acumula desde hace unos meses constates retrasos y cancelaciones de trenes que se producen, además, sin un tiempo de aviso prudencial. El trazado atraviesa, entre otros, los municipios de Alfafar, Benetússer, Massanassa, Catarroja y Silla.
Los pasajeros están hartos y narran situaciones en las que incluso se han visto obligados a esperar 25 minutos en un tren estacionado, con las luces apagadas y sin que nadie les informara de por qué se suspendía el viaje.
Ayer mismo, por segundo día consecutivo, la cuenta de Twitter de la compañía informaba de la cancelación del tren de las 7.40 horas del trayecto Valencia-Gandia. «Ese es el que coge más gente para ir a trabajar, sobre todo maestros, ya que llega a Gandia a las 8.30 horas», apuntaba un afectado en conversación con este periódico. Este se quejaba, además de que «encima, el teléfono de incidencias no funciona y son los mismos pasajeros los que se tienen que ir informando cuando alguno ve el mensaje de la incidencia en la cuenta de Twitter».
En este caso, Renfe comunicaba de que la cancelación se debía a «causas técnicas de material rodante asignado». O lo que es lo mismo, problemas en el tren que debía realizar el trayecto.
Al mismo tiempo señalaba que el siguiente tren, el de las 7.55 horas, sufrió un retraso de 11 minutos, por lo que salió de la Estación del Nord a las 8.06.
Pero es que el martes ya se produjo la supresión de los trenes de las 15.11 y las 16.25 horas ambos por «motivos técnicos». Ese mismo día también se registraron demoras en varios convoyes.
El pasado 23 de enero, más incidencias: Retraso de 15 minutos en el de las 18.56 horas y supresión del de las 15.26. El 19 de enero, el perfil @CercaniasVLC hablaba de demoras de hasta 27 minutos «por una incidencia del propio tren», el 18 se suprimían tanto el de las 8.25 como el de las 8.55, mientras que el anterior, el de las 7.55 sufría retrasos de hasta 34 minutos.
Todas estas situaciones crispan los nervios de los pasajeros que hacen uso de este medio de transporte para llegar a sus puestos de trabajo. «Esta situación se viene repitiendo desde el verano, pero yo diría que desde hace un mes se ha acrecentado», señalaba un afectado.
Douglas Duran, un ciudadano francés afincado en Cullera que trabaja en Gandia, reconocía que en su anterior trabajo «tenía problemas porque, por culpa de los retrasos llegaba tarde y mi jefe me lo tenía en cuenta». Dice que ese ha sido uno de los motivos por los que ya no trabaja en esa empresa.
Cierto es que en el último mes y medio se han producido dos temporales que han ocasionado muchos problemas en la red ferroviaria. La pasada semana, de hecho, se produjo un corte entre Cullera y Tavernes de la Valldigna por la caída de un árbol sobre la catenaria. El servicio se restableció cuando se retiró el artefacto.
