Un total de 150 nadadores del Club de Natación Sirenas abandonará el próximo 1 de febrero la piscina d Silla para volver a entrenar en la piscina de Catarroja, lugar que a su vez dejaron en 2011 tras el cierre de la instalación.

La razón de este éxodo deportivo es el incremento de hasta un 120% de la tarifa al club impuesta por la nueva contrata de la piscina de Silla, cuyo contrato de adjudicación se licitó el pasado mes de diciembre.

«A la antigua adjudicataria le pagábamos 11 euros por socio y ahora nos piden 20 ?, teniendo en cuenta que les cobramos 38 ? nos quedaban apenas 18 euros para sumir todos los gastos, una cifra muy insuficiente; la otra solución era subir la cuota a los chavales 10 euros, y no estábamos dispuestos», señala Antonio Solero, presidente del CN Sirenas.

Solero afirma que se siente «desengañado». «Si en Catarroja teníamos esos precios era porque el ayuntamiento peleaba por nosotros, y aquí no hemos tenido eso, por desgracia. Hemos sido campeones del Mundo en Australia, subcampeones en Holanda, y creo que nos merecemos un respeto», señala indignado.

Simeón: «Ha vulnerado la norma»

Serafín Simeón, edil del PP y alcalde de Silla cuando llegó el CN Sirenas a la localidad, insta al actual alcalde Vicente Zaragozà (PSPV), a «asumir su responsabilidad y mediar entre el club Sirenas y la nueva empresa adjudicataria de la piscina cubierta para encontrar una solución, tal y como indica el pliego técnico del nuevo contrato». El alcalde «estaría vulnerando un documento público en el que se recoge su papel de mediador», añade.

El portavoz popular ha señalado que no entiende «como el alcalde y el concejal de Deportes se han lavado las manos en este asunto y no han hecho ninguna gestión para solucionar el problema».

Simeón recuerda que el pliego técnico es muy claro «el ayuntamiento y la empresa adjudicataria deben llegar a un acuerdo en la tarifa que debe abonar el club». Por lo que Simeón exige al alcalde y el edil de Deportes que «se pongan a trabajar para llegar a un punto de encuentro y evitar el éxodo».