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Con Mirada Violeta

Amalia Alba: «Legalmente estamos en una sociedad igualitaria, pero no es la realidad»

Amalia Alba: «Legalmente estamos en una sociedad igualitaria, pero no es la realidad»

Amàlia Alba lleva el feminismo en su ADN. Psicóloga de profesión y docente, compagina su trabajo con la presidencia y coordinación de la asociación Dones Progressistes, una agrupación de voluntarias a nivel autonómico, que se integra la Federación de Mujeres Progresistas nacional, que persigue una sociedad más igualitaria y justa.

¿Cómo definiría a Dones Progressistes?

Pertenecemos a la Federación de Mujeres Progresistas, una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, de carácter laico, creada en el año 1987. Declarada de utilidad pública, está constituida por asociaciones, federaciones regionales y provinciales y demás colectivos de mujeres progresistas de ámbito nacional, autonómico, provincial, local e internacional. Nuestro ámbito, en concreto, es autonómico. Aglutinamos a las asociaciones de las tres provincias aunque la mayoría son de Valencia.

¿Cuál es su misión?

Nuestro objetivo principal es cambiar las estructuras sociales, económicas y culturales desde la libertad y la igualdad. La prioridad es sensibilizar a la opinión pública e involucrar a toda la ciudadanía.

¿En qué valores se sustenta?

La igualdad de oportunidades y de derechos, sin que las situaciones estén determinadas por estereotipos sociales.

¿Son necesarias este tipo de agrupaciones?

Las organizaciones de mujeres tienen un papel fundamental en el reconocimientos de iniciativas sociales y políticas; son esenciales para visibilizar la violencia de género o poner cifras a la discriminación laboral.

¿El feminismo ya está implantado en nuestra sociedad?

El feminismo en nuestra comunitat es muy fuerte. Está debatiendo temas actuales. Es un movimiento muy vivo y a la vez muy necesario.

¿Cómo explica el crecimiento de la desigualdad entre los y las más jóvenes?

Los jóvenes crecen con una percepción falsa de que vivimos en una sociedad igualitaria. Y legalmente podemos decir que es así, pero no se corresponde con la realidad. Y cuando esos jóvenes se enfrentan a ella una se da cuenta que siguen dirigidos por parámetros de sociedades patriarcales.

¿Y cómo se puede cambiar esta situación?

Hay que intentar deconstruir esta cultura, romper esa sociedad patriarcal a través de todos los estamentos: a nivel educativo en la formación de los jóvenes en valores de igualdad; también judicialmente con la mejora de los procedimientos en los delitos de violencia de género o laboralmente con la equiparación de sueldos.

¿Movilizarse cada vez que hay una muerte por violencia de género sirve?

Yo creo que todo sirve, pero salir a las calles o manifestarse en la puerta de los ayuntamiento es algo más. Lo que hay que intentar es que se eviten estas muertes por ejemplo atendiendo mejor las órdenes de alejamiento.

¿La violencia es la gran pero ahora quizás también la batallas más visible de los mujeres, que otras tiene la FMP?

La diferencia de acceso a los puestos de trabajo o la brecha salarial existente entre hombres y mujeres es brutal. Hay algunos partidos políticos que siguen sin defender la paridad con el típico «el que vale o vale», y eso es un peligro porque los informes demuestran que las mujeres tienen grandes dificultades para acceder a los puestos directivos.

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