Hace una semanas la Comunitat Valenciana vivió una de las olas de frío más cruentas que se recuerdan por el lugar. En esos días gélidos, el consumo de luz se disparó para caldear las viviendas. Pero también su precio, con un incremento medio del 30% con un pico de 91,88 euros el día 25. A este tipo de dispendios no puede hacer frente un buen número de familias de la comarca, que atraviesan serias dificultades económicas. Por ello, son muchos los consistorios que pusieron en marcha programas para combatir la pobreza energética. Una decena de ayuntamiento destinó el pasado año más de 2,3 millones de euros, ayudando a más de 2.200 familias.
En Mislata, el consistorio que dirige el socialista Carlos F. Bielsa invirtió el pasado año 1,3 millones en ayudas para emergencia social, donde se incluye la pobreza energética pero también subvenciones para alquiler de viviendas. En total, 265 familias pudieron pagar el suministro de luz y agua.
En Torrent, alrededor de 800 familias se vieron beneficiadas de los 80.000 euros que destinaron en 2016 Generalitat y ayuntamiento (60%-40%) para pagar facturas.
El Ayuntamiento de Paterna concedió el pasado año más de 28.700 euros que sirvieron para abonar 90 recibos de luz, 67 de agua y dos de gas. Estas ayudas se incluyen dentro de los 600.000 euros destinados a Emergencia Social por uso de vivienda extraordinaria y necesidades básicas. Se donaron en total 1.602 ayudas.
También Quart de Poblet mantiene desde hace unos años las ayudas contra la pobreza energética. En 2015-2016 recibió 38.000 euros de la Generalitat, además de invertir recursos propios. Los datos del pasado año todavía los están elaborando pero en 2015, se destinaron más de 104.000 euros a luz, agua y gas.
En Manises, el pasado año el consistorio de Jesús Borràs subvencionó el pago de facturas con 275.09 euros, más los 33.200 que llegaron desde la conselleria de Políticas Inclusivas. En total se acogieron 505 familias maniseras. Para 2017, prevén aumentar la partida para que se adhieran más vecinos del municipio.
El Ayuntamiento de Burjassot trató de luchar contra la pobreza energética el pasado año con 214.060 euros, divididos en los más de 117.000 que aportaban las arcas municipales, y el resto de la Generalitat.
En Alboraia los servicios sociales atendieron en 2016 una veintena de peticiones de ayuda energética, aunque no pudieron cuantificar el dinero que habían concedido a las familias.
A lo largo de 2016, en Paiporta se han destinado 38.936 euros en ayudas a suministros básicos como luz, agua o gas, atendiendo a un total de 195 familias. Además, otras ayudas, como la Renta Básica „24.560 euros en total„, también han servido en menor medida para paliar la pobreza energética, ya que una parte se ha destinado a pagar facturas de energía. La renta básica se ha tramitado para 45 casos.
Xirivella destinó durante 2016 un total de 210.000 euros al programa de ayuda de emergencia social, donde se incluyen las ayudas por pobreza energética. Así, se beneficiaron de las ayudas un total de 66 personas que no podían pagar la luz, el agua o el gas. El presupuesto para 2017 será igual o un poco superior.
En Aldaia pusieron en marcha el plan contra la pobreza energética el pasado invierno. En su primer año de funcionamiento se ha atendido a 175 familias con un dispendio total de 25.000 euros. En este curso, los servicios sociales han mantenido el plan.
En la vecina Alaquàs, el consistorio que preside Elvira García Campos, se invirtieron durante el pasado año más de 28.900 euros, de los que 19.650 los aportó la Generalitat. Un total de 65 familias se vieron beneficiadas.
En Alfafar, el alcalde Juan Ramón Adsuara (PP), firmó a principios de 2016 adherirse al Plan contra la Pobreza Energética creado por el Consell. Los servicios sociales han tramitado las ayudas para pagar luz, agua y gas. «Queríamos asegurar que nuestros vecinos pudiesen pasar un invierno con una temperatura en sus domicilios», dijo Adsuara.
En Godella se ha gestionado una subvención de 12.000 euros para cuarenta familias.
