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Educación

Luces y sombras de la jornada continua en l'Horta

Colegios de una veintena de municipios presentan al Consell un proyecto para implantar la enseñanza intensiva que tendrán que votar las familias - Los representantes de la comunidad educativa se dividen ante este cambio de modelo

La puesta en marcha del proceso para decidir si la comunidad educativa de los centros escolares públicos quiere o no la jornada continua ha abierto el debate en la comarca sobre este modelo que ya tiene implantado la mayoría de comunidades autónomas pero que en Valencia estaba hasta ahora en un puñado de colegios de forma experimental.

Tras superar la primera fase del proceso que establece la Conselleria de Educación, centros de una veintena de municipios de toda la comarca han aprobado solicitar este tipo de jornada intensiva y han presentado sus proyectos. Los que pasen la criba del Consell serán sometidos a referéndum en los colegios en el mes de abril y en aquellos donde madres y padres aprueben el nuevo horario, se implantará en el curso 2016-2017. Las clases se impartirán de nueve a dos, habrá servicio de comedor y también actividades extraescolares gratuitas hasta las cinco de la tarde.

De los 20 municipios que optan ahora a tener jornada continua en todos o parte de sus colegios públicos, destacan algunos como Alaquàs„sus cinco centros lo han pedido„, Mislata „con otras cinco solicitudes presentadas„, Xirivella „con idéntico número de solicitudes„, Puçol „lo reclaman tres colegios„ o Torrent. En este último caso, seis centros lo proponen, que se sumarían a otros dos donde se implantó como experiencia piloto.

A este grupo le seguirían las localidades donde dos colegios han formalizado peticiones como es el caso de Albal, Benetússer, Paterna, Picassent o Tavernes Blanques. Otros pueblos donde también se han planteado solicitudes puntuales son Alfafar, Bonrepòs i Mirambell, Catarroja, la Pobla de Farnals, Manises, Massamagrell, Quart de Poblet o Silla.

Iniciativa de las familias

Aunque en muchos de los municipios son las plantillas de los centros escolares las que impulsan el proyecto, al que luego se suman o no las AMPA, también se ha dado el caso contrario. En pueblos como Aldaia, fueron madres y padres los que provocaron el debate, reclamaron al consistorio que organizara jornadas con expertos y finalmente se ha pedido para cuatro colegios.

Respecto al nuevo modelo educativo que saldrá de este proceso, las opiniones sobre sus beneficios están divididas entre aquellos que lo consideran un gran avance, ya probado en casi toda España, y aquellos que consideran que provocará una saturación en el alumnado y una bajada de rendimiento. «La sociedad ha cambiado y la educación ha de adaptarse. La mayoría de familias parece inclinarse por este modelo y tiene derecho a elegir», comenta un experimentado director de colegio público.

En una postura diferente, un histórico técnico municipal de Educación de la comarca valora que «este modelo rompe con aquella vieja aspiración que teníamos de abrir los colegios fuera del horario escolar para aprovecharlos al máximo para que fueran el motor del barrio, al tratarse de infraestructuras de tan elevado coste, porque el sistema favorece que el alumnado pase allí menos tiempo y se cierren antes».

Si bien los proyectos presentados cuentan con el respaldo inicial de las familias, entidades como la Federación de Madres y Padres de Alumnos (FAPA) de l'Horta Sud instan a repensar el asunto y «a no tragarse lo que nos están diciendo sin analizarlo porque hay que buscar lo mejor para los niños y niñas» y otros como Criant en Alaquàs, organizaron el pasado fin de semana una jornada con FAPA e Interampa donde se cuestionó el nuevo modelo.

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