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Iniciativa

Una asociación de Catarroja impulsa una Casa Cuna en una vivienda histórica cedida

Una vecina dona esta casa típica valenciana de principios de siglo XX a «Ca la Mare», que ya busca financiación para rehabilitarla

Una asociación de Catarroja impulsa una Casa Cuna en una vivienda histórica cedida

La asociación «Ca la Mare» de Catarroja ha dado un paso adelante en su labor social y desde hoy trabaja en abrir la primera Casa Cuna de la ciudad. Algo que no hubiera sido posible sin la ayuda de una vecina de la localidad, Magdalena Hernández quien, de forma totalmente altruista, ha donado la casa heredada por su padre para tal causa. Es por eso que pese a que aún falta mucho tiempo y sobre todo mucho papeleo para poder ver esta Casa Cuna hecha realidad, el nombre está claro. «Se llamará Casa Cuna Vicente Hernández, como el padre de Magdalena, en reconocimiento al gran regalo que nos ha hecho que aún no sabe el enorme valor que tiene y cuánto va ayudar», señala la presidenta de Ca La Mare, Giovanna Rodríguez. «A mi padre le hubiese encantado que su casa acabase siendo usada con este fin, estaría muy orgulloso», indica emocionada Magdalena.

Casualidades de la vida, la madre de Giovanna y la de Magdalena habían sido vecinas, y aunque ellas no se conocían entre sí, fue un residente de la calle José Chust, donde está ubicada la casa, el que les puso en contacto. «Yo no sabía qué hacer con la casa. Intentamos rehabilitarla para vivir en ella pero el ayuntamiento nos ponía muchas trabas al estar protegida. Entonces, este vecino nos comentó que Ca la Mare buscaba una casa y, al hablar con Giovanna y contarnos que quería hacer una Casa Cuna, lo tuvimos clarísimo», recuerda Magdalena, que vive con su marido José Simó en Torrent desde 1979.

No es una vivienda cualquiera. Es una casa típica valenciana de agricultores, de principios de siglo XX, de gran valor histórico ya que su fachada, de 11 metros cuadrados, está protegida por el ayuntamiento. Sus 500 metros cuadrados se distribuyen en dos plantas: la baja, donde aún se puede observar un corral y un taller con toda la herramienta de la época intacta, así como una cocina con un pozo y una alacena, y un pequeño dormitorio con los enseres del antiguo dueño, ya que el padre de Magadalena la compró pero nunca llegó a vivir en ella, si en la de al lado, también de su propiedad.

La planta de arriba era la ´andana´ donde almacenaba los cultivos, sobre todo arroz. De hecho aún se pueden encontrar los sacos que colgaba en una viga de madera.

«La idea es habilitar la planta baja con zonas comunes, y en la de arriba crear habitaciones», explica Giovanna Rodríguez. La intención de la presidenta de Ca La Mare es crear una vivienda tutelada para madres embarazadas y bebés en riesgo de exclusión social. «No queremos a más niños abandonados en los contenedores; esto se puede evitar con sitios como éste», asegura.

Un aparejador que trabaja voluntariamente con la asociación ya ha comprobado que la estructura de la vivienda está en perfecto estado, y que tanto las vigas de mobila, como el suelo de azulejo de mosaico, de gran valor, se pueden mantener, aunque está claro que hay una gran trabajo por delante para rehabilitar la casa, hacer baños y hacerla accesible.

Ahora viene lo más difícil, buscar financiación. «Voy a presentar este proyecto al Ayuntamiento de Catarroja, a la Conselleria y a la Diputación. También quiero ponerme en contacto con empresas de muebles y de suministros de bricolaje. Espero que no nos den la espalda y se vuelquen en una Casa Cuna que es muy necesaria, y que escasean en la comarca, desgraciadamente», confiesa Giovanna.

De momento, con lo que cuenta Ca la Mare es con mano de obra voluntaria que ya, a partir de este fin de semana, se va a poner a limpiar y a catalogar todos los enseres que hay dentro de la casa y que también han sido donados.

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