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Cien familias llevan cuatro meses con los ascensores precintados en Aldaia tras el desplome de Manises

Las siete fincas tienen elevadores de la misma tipología del que se cayó y han sido paralizados cautelarmente - Los residentes valoran cambiar la maquinaria con sus recursos, lo que supondría invertir unos 200.000 euros, para no tener que esperar años a que se aclaren las responsabilidades

Cien familias llevan cuatro meses con los ascensores precintados en Aldaia tras el desplome de Manises

Vivir en un complejo residencial Ukaru de Aldaia, situado en el límite con Alaquàs, se ha convertido en una pesadilla para más de 100 familias, que llevan cuatro meses sin servicio de ascensor. La razón es que los aparatos elevadores de las siete fincas que constituyen esta promoción de viviendas son de la misma tipología del que se desplomó en Manises hace unos meses, con una vecina y sus hijas dentro, y están, por tanto, afectados por la misma medida cautelar que se ha implantado.

Este complejo, integrado por siete comunidades de vecinos que albergan un total de 110 viviendas, fue construido en el año 2008 por promotores locales y ocupado parcialmente en el siguiente ejercicio por los compradores. La llegada de la crisis paralizó la venta de viviendas, que finalmente salieron al mercado en régimen de alquiler. Fuentes de los residentes indican que actualmente están todos los pisos ocupados, en propiedad o alquiler.

Vecinos y vecinas se encontraron en noviembre con que los siete ascensores eran precintados e inutilizados, como medida preventiva hasta que se esclarezca dónde está el problema (el caso de Manises se achacó a un problema del motor) y de quién es la responsabilidad: si corresponde a los constructores, a la empresa que fabricó los ascensores, a la que los instaló o a la de mantenimiento.

Por ello, los residentes de Ukaru se enfrentan día a día a tener que subir entre cuatro y siete plantas a pie -según el bloque donde residan- más otras dos plantas de garaje. Dos de las fincas tienen cuatro alturas, otras dos tienen cinco plantas, dos bloques más tienen hasta seis niveles y el último tiene siete.

Algunos residentes explican que han optado por no utilizar el aparcamiento para aligerar el número total de escalones que tienen que subir cada día. Otros describen las dificultades que suponen hechos tan cotidianos como «ir a la compra y luego tener que subirla», o subir y bajar cada día con niños pequeños.

Dado que cuatro meses después de decretarse el precintado de los ascensores, el problema sigue sin solucionarse y sin determinarse quién es el responsable, estas comunidades de vecinos se han planteado hacer uso de sus propios recursos y reparar la deficiencia. Fuentes de los afectados explican que han de cambiar tanto el motor como la cabina de los siete ascensores, según las valoraciones técnicas que tienen, lo que supone una obra de gran calado en la que tendrían que gastarse más de 200.000 euros. Posteriormente estudiarán su reclaman los daños vía judicial.

Obras hasta el verano

Además, la intervención que se ha de hacer en este complejo de Aldaia no es sencilla ni rápida en el tiempo, aunque sea la solución con menos demora. Los afectados explican que probablemente hasta el mes de mayo no tengan el ascensor los primeros residentes, mientras que toda la obra se calcula que se culminará en el mes de julio, lo que significa estar más de ocho meses sin servicio.

Al tratarse de una promoción reciente, la mayoría de residentes son familias jóvenes con hijos pequeños y también algunas vecinas que están actualmente embarazadas para las que la ausencia del servicio de ascensor está suponiendo «una etapa muy difícil, insufrible a veces, sabiendo que aún se va a alargar». Otra de las situaciones que comentan los residentes es la de un vecino que está esperando una intervención quirúrgica en una pierna, «que no puede estar sin ascensor para tener que moverse y desplazarse».

Algunos vecinos confiesan que han pensado mudarse un tiempo a casas de familliares o incluso marcharse a vivir a otro sitio.

El caso de Manises

El problema de los ascensores se remonta al mes de octubre pasado cuando una de estas máquinas se desplomó desde el sexto piso en una finca de Manises, con una vecina y sus dos hijas dentro. La afectada sufrió daños que requirieron convalecencia aunque sus dos hijas resultaron ilesas. En aquel momento se acordó precintarlo así como el de las otras dos fincas colindantes, y se hizo una excepción con el cuarto bloque de la promoción porque sus inquilinos habían cambiado el motor por mal funcionamiento. Posteriormente, la Conselleria de Industria contactó con todas las empresas instaladoras de ese modelo y les instó a que adoptaran medidas preventivas, a la espera de informes concluyentes.

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