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Reivindicación

«Somos un barrio encajonado y de tercera»

Los vecinos de Vicentica la Serrana denuncian que llevan años pidiendo pantallas que mitiguen el ruido del tráfico de la V30

Bloques de viviendas en Vicentica la Serrana, con accesos y la V30 a escasos metros. daniel tortajada

Podrían equipararse, por su lucha y tesón, a aquellos galos comandados por Asterix y Obelix que resistían el asedio romano. En cambio, ahora el enemigo no lleva escudos y lanzas, sino cuatro ruedas y motor. Y también falda y corbata en forma de dirigentes que, según dicen, no atienden sus peticiones y los tienen abandonados. Son los residentes de la Plaça Vicentica la Serrana, un espacio que conforman siete edificios en el termino municipal de Xirivella pero enclavado en la otra parte del nuevo cauce del río tras el proyecto del plan sur de hace décadas. Al noroeste limitan con Mislata, donde solo les separa la acera de la calle Vicent Salvatierra, mientras que al sureste están cercados por la V30 y los ramales de acceso a la A3.

Los primeros edificios se construyeron en 1999 y el resto, un año más tarde. Juan Antonio González es el presidente general de las comunidades desde el principio. Y sigue peleando como el primer día. «Ya cuando visitamos las obras nos engañaron. Nos dijeron que los alcaldes de Mislata y Xirivella iban a intercambiar los terrenos, es decir, esta parte sería de Mislata y la que tiene Mislata en la otra parte del río pasaría a Xirivella», comenta el dirigente. «Nada de eso se hizo y estamos encajonados por el río y carreteras», lamenta.

Desde hace más de una década los vecinos llevan reclamando que se coloquen pantallas acústicas que mitiguen el ruido que produce el elevado tráfico de la V-30, a escasos metros de las 208 viviendas de protección oficial. «Llevamos años reclamando las pantallas y nunca los han puesto. No nos hacen caso. El ayuntamiento dice que es cosa del ministerio, el ministerio da largas y no las pone y esto no puede ser», relata el vecino.

Y esto se agravará con el proyecto de ampliación de la V30 ideado por Fomento. «Ahora quieren hacer un tercer carril que aumentará la contaminación y el ruido, sin contar que los coches pasarán todavía más cerca de las casas», asegura González. Además, apunta que para «el nuevo acceso que quieren ejecutar en dirección a Madrid no hay prácticamente espacio físico. Los coches van a rozar los balcones», ironiza el residente. Loli Fernández es una las vecinas de Vicentica la Serrana que sufre el ruido de la autovía. «Es insoportable. Nosotros y bastantes vecinos hemos tenido que insonorizar la casa. Yo tengo doble cristal que alivia bastante pero deberían colocar las pantallas», indica.

Y es que el tráfico, acompañado del viento, genera otro de los problemas que denuncian los vecinos: la arenilla de la zona verde. «Cuando hay ráfagas, y últimamente hay muchas, se levanta la arena y va a parar todo a los balcones ensuciándolo todo. Le hemos pedido al alcalde de Xirivella que asfalte esa zona de tierra para evitar las molestias pero, de momento, no hemos logrado nada», critica González.

Análisis de ADN en Mislata

Precisamente esa zona verde, que incluye un espacio de atracciones infantiles y una pequeña cancha deportiva, es otro foco de conflicto que denuncian los vecinos. «Como la zona es de tierra, vienen mucha gente con sus perros, no recogen las cacas y es una guarrada. Tú imagina en verano el olor a caca y meado que hay en la zona», critica el presidente vecinal. Y el problema es que augura que la cosa vaya a más. Desde el pasado 15 de febrero, la vecina Mislata ha comenzado los análisis de ADN y las multas a los dueños que no recojan las deposiciones de sus mascotas. Será el personal de limpieza viaria el que cuando detecte un excremento en la calle, recogerá una muestra, la enviará al laboratorio y sus resultados se confrontarán con el banco genético para determinar con exactitud el nombre del perro y el de su dueño. «Eso es magnífico, pero como esta parte es Xirivella y sólo nos separa una acera de Mislata, todos los dueños pueden traer aquí a sus perros, que caguen y nadie va a buscar el ADN porque el servicio de limpieza de Mislata, lógicamente, no pasa por aquí», advierte Juan Antonio González.

Al final, los vecinos lanzan un grito de auxilio en forma de mejora de servicios. «Pagamos un IBI de 483 euros a Xirivella, y que no invierta aquí parte de lo que ingresa de estas viviendas es difícil de entender. Sólo queremos los mismos servicios y derechos que los vecinos que viven en la otra parte de Xirivella y no sentirnos un barrio de tercera», lamenta González.

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