El Ayuntamiento de Rocafort ha tomado la decisión de talar todos los pinos que ocupan la Llotgeta ante el alto riesgo de desplome. De hecho, tenía previsto acometer ayer la primera de las actuaciones pero el temporal de lluvia y viento obligó a posponer los trabajos para garantizar la seguridad de los operarios. La zona se encuentra acordonada.
Precisamente fue otro temporal el que derribó dos árboles a finales de diciembre. El agua caída reblandeció mucho la base de los pinos, que unido a fuertes rachas de viento acabaron con los dos ejemplares en el suelo. Las consecuencias fueron el derribo de parte del muro de la Llotgeta, que han permitido reabrir el refugio construido durante la guerra civil bajo el simbólico enclave de Rocafort.
Los técnicos de la concejalía de Medio Ambiente han elaborado un exhaustivo informe sobre el estado de los doce pinos que se mantienen en pie. El resultado es demoledor. Nueve presentan un «alto riesgo de caída», mientras que el resto tienen un índice «media-alto». Los ejemplares, con varias décadas, sufren descocharmiento del tronco, inclinación hacia la vía pública o fisuras en la codominancia. A esto se suma que el regufio -en roca calcárea- impide que las raices tengan una sujeción adecuada. El estudio analiza las posibles medidas de choque. Así, se descarta la restricción del uso de la zona muy transitado y de acceso a la iglesia de Sant Sebastià. Tampoco la poda o el cableado ergonómico resolverán el problema. De ahí que la tala sea la única solución.
«Lo principal es garantizar la seguridad de los vecinos y de sus casas, ya que algunos pinos podrían caer sobre las viviendas y no talarlos sería una temeridad», explicó ayer el alcalde Víctor Jiménez. La idea del equipo de gobierno es «efectuar la tala de forma paulatina, pero se eliminarán todos. Ayer se iban a talar los dos que presentan el mayor riesgo de caída pero el temporal ha obligado a paralizar el trabajo. Queríamos haberlos talado antes de otro temporal y no nos ha dado tiempo», lamentaba Jiménez.
De cara al futuro se abordará un proyecto de remodelación de la Llotgeta y con el consenso de todos los grupos políticos y de los vecinos se decidirá qué se hace en la plaza y qué especies se plantan, ya sean naranjos, olivos o acacias. Sobre la posibilidad de que se convoque un proceso participativo, el alcalde no pudo concretar los términos ya que «es algo que no está definido y tendremos que madurarlo».
