Los alumnos y alumnas de sexto de primaria del colegio González Gallarza de Alaquàs viven este año su despedida del centro y, como es tradición, son los protagonistas de los festejos falleros. Iván Espinosa y Noelia Muñoz son el presidente y la fallera mayor, respectivamente, y serán los encargados de hacer arder un gran monumento que ayer quedó plantado en el centro del patio.
Como las comisiones falleras, también este colegio ha sufrido una alteración en su calendario a causa de la lluvia. La «plantà», prevista para el lunes, tuvo que realizarse ayer y durá cerca de seis horas. La causa es que este año la falla tiene cerca de 500 'ninots' elaborados por el alumnado.
«Este año hemos cambiado el sistema y, en lugar de trabajar aquí las escenas, hemos pedido que los escolares que hicieran 'ninots' en casa, con la ayuda de su familia, y el resultado es espectacular». explicaba ayer la directora, Pilar Vicente.
Los Pokemon son el tema central del monumento. «Todo el mundo busca Pokémons por ahí; nosotros vamos a ponerlos en la falla», pensó Mariló, una de las ideólogas. Los Pokemon son utilizados por el alumnado para tratar de limpiar al mundo de la maldad, a través de varias escenas que reflejan los continentes.
En el apartado de los Estados Unidos, alumnos y familias han plantado a Donald Trump en la falla. «Hay que quemarlo porque es malo», decían ayer dos alumnas del centro público.
El artista fallero es, como cada año, el conserje del colegio, Paco de la Fuente, que ha construido un monumento de caso ocho metros de alto con puertas viejas y cartón. «Este año hay apenas dos 'ninots' de corcho. Es una falla más artesanal», explica Pilar Vicente. Las puertas las obtuvieron de los ecoparques de la comarca, tras solicitarlo el pasado noviembre a la Emtre.
La principal novedad de este año es que también hay una pequeña fallita infantil, que han elaborado las monitoras del comedor con los usuarios de este servicio y que está plantada delante del monumento grande. Y de frente ante el remate central, el colegio recuerda en una especie de estandarte que las fallas son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La actividad festiva comenzó en el centro el lunes por la noche con la cena de la «plantà», aunque sin monumento. Tras la jornada de trabajo de ayer, hoy habrá «despertà», «bunyols amb xocolate», «globotà» y, después de comer, el fuego devorará este monumento que aboga por «un mundo mucho más justo» en todos los rincones del planeta.
