Al menos dos fallas de la comarca se han quedado este año sin los monumentos que habían contratado al dejarlas plantadas el artista Antonio Rubiño. Este es el caso de la comisión Vicent Andrés Estellés de Alaquàs y de la falla Puerta del Sol de la Canyada, que anoche se vieron obligados a improvisar con la ayuda de falleros y falleras de otras comisiones.

El presidente de Estellés, Aitor Poveda Sáiz, explica que durante la jornada del martes llamó en diversas ocasiones al artista «para ver cómo iba la cosa» y no obtuvo respuesta. Por ello, el mismo martes por la noche se plantó en el taller que Rubiño tiene en Silla y comprobó desolado que su falla estaba prácticamente a medio hacer «con 'ninots' que todavía estaban en corcho». «Faltada modelar, empapelar, lijar y pintar, o sea, algo imposible en las pocas horas que quedaban. Él estaba allí y no me dio ninguna explicación», manifestaba anoche enojado el presidente.

Aitor Poveda tomó la decisión ayer de dar aviso a las otras comisiones a las que tenía que haber entregado los monumentos, entre ellas la de Puerta del Sol de la Canyada, para que pudieran organizarse, y decidió alquilar un camión para ir a por sus muñecos, con la intención de que la propia comisión los acabara y plantara la falla.

Vicent Andrés Estellés había contratado el monumento infantil, con el lema «Los Niños Sueñan Con» y también el grande, «Agua y Fuego». Ambos remates sumaban un presupuesto de 6.000 euros que, si bien no es una cifra muy alta, supone «un enorme esfuerzo» para una comisión que apenas tiene 70 falleros. «No paramos de hacer cosas durante el año para poder plantar», explicó el presidente.

Del total del presupuesto, la pequeña comisión de Alaquàs ya había pagado 5.500 euros y solo faltaba abonar el último plazo de 500 euros, que es el sistema habitual de contratación con los artistas. La comisión visitó en diciembre el taller y entonces pudo comprobar el monumento en corcho. Entonces no sospecharon que no podrían plantarlo como tal. Los 500 euros restantes los tuvieron que invertir ayer en alquiler un camión y en comprar la pintura con la que se intentó decorar los 'ninots' en peores condiciones.

Tras informar de la situación de forma oficial a través del grupo de Whatsapp de los presidentes de las comisiones, durante la tarde de ayer corrió la voz en Alaquàs hasta el punto de que ayer a las 22 horas, el entorno del casal era un hervidero de falleros de casi todas las fallas que fueron a ayudar a pintar y a colocar, incluidas las propias falleras mayores de la población. «Hay polares de todos los colores. No damos abasto a comprar pinceles», explicó Poveda, al tiempo que agradecía la «enorme solidaridad fallera» que se desató.