Una Ofrenda que nunca olvidarán Alberto y Tamara, los protagonista de una pedida de mano antes de desfilar con su comisión de Àngel del Alcàsser de Torrent. Eran poco antes de las 20 horas del pasado viernes, cuando todos los falleros se preparaban en la calle San Fermín, donde se encuentra el casal y el monumento, para iniciar su participación en la Ofrenda. Poco a poco empezaron a formar para llegar listos al cruce con la Font de les Granotes y comenzar a desfilar desde la Avinguda hasta la plaza de la Iglesia donde estaba situada la imagen de la Mare de Déu dels Desemparats.

De repente, los falleros se fueron echando a los lados de la calle y dejaron a Tamara en el centro, mientras la banda de música iniciaba las notas de “I love you baby”. En ese momento, Alberto, con un brazo a su espalda, se fue acercando poco a poco a la joven, la cogió de la mano y la acercó hasta el centro del corro que habían ido formando todos los integrantes de la comisión. La chica, sorprendida, escuchó lo que le dijo el chico, antes de que se arrodillara y desvelara lo que llevaba oculto en su puño: un anillo con el que le pedía matrimonio. El abrazo y el beso que ambos se dieron daba a entender el “sí, quiero”, mientras toda la falla estallaba de júbilo y la banda aumentaba los decibelios del “te quiero mucho”.

Alberto Fernández, de 26 años, es fallero de Àngel del Alcàsser desde que nació. Mantiene una relación con Tamara Martínez desde hace cinco y empezó a fraguar en Navidad la pedida en plenas falla. “Había muchas cosas que marcaban que este era el año. Tamara se apuntó a la falla este año y encima mi comisión cumple el 50 aniversario”, relata a este diario. Y la ofrenda era el acto ideal. “Es muy especial para cualquier fallero y por eso lo escogí. Al principio quería hacerlo a los pies de la Virgen pero por temas de protocolo es imposible, así que lo hice antes de empezar, con todas las falleras con los ramos”, explica.

Para ejecutar su plan contó con tres o cuatro cómplices, un número reducido para evitar filtraciones que echaran al traste la sorpresa. “Hablé con la gente que más contacto tengo para que al final ella se quedara sola en el centro y yo, más o menos también, y se lo dije a un chico de la banda de música, que también es fallero, para que a mi señal empezaran a tocar. Todo salió a la perfección”, recuerda. Estas fallas serán “inolvidables” para los dos jóvenes que ya han empezado a planificar el enlace, que “podría ser en mayo de 2018”, anuncia Alberto.

Y es que las fallas se han convertido en un cita clave para los enamorados. El pasado año, un joven aprovechó la exaltación de su novia como fallera mayor de Ramon i Cajal, también de Torrent, para hacer de mantenedor y pedirle matrimonio. Ella también dijo sí.