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Denuncia

"Espero todos los días una hora un autobús al que le funcione la rampa"

Un vecino de Aldaia con discapacidad denuncia que los buses de la contrata privada no son accesibles - La conselleria recuerda que todas las rampas tienen un accionamiento manual

"Espero todos los días una hora un autobús al que le funcione la rampa"

Un día más, Jorge Victoria está en la parada de Aldaia esperando a que pase un autobús que lo desplace a València. Llega uno de la línea 161 y Jorge le hace la misma pregunta de todos los días al conductor: «¿Le va la rampa?» Y la mayoría de las veces obtiene la misma respuesta: «No, lo siento».

Este vecino va en silla de ruedas y se pasa casi una hora, a veces más, en la parada, tanto de Aldaia como de València (de vuelta) esperando a que pase un vehículo al que le funcione la rampa mecánica para poder subir.

Victoria está en silla de ruedas temporalmente debido a una operación de cadera causada por un accidente y ha podido vivir estas semanas la difícil situación que atraviesan las personas con movilidad reducida que quieran trasladarse en autobús a la capital. «Es una auténtica vergüenza. La semana pasada pasaron hasta cuatro autobuses sin rampa y, al final, como me cabreé, vino un autobús al que le funcionaba la rampa prácticamente vacío que mandaron adrede para recogerme», recuerda. «No sé para qué se ha hecho tanta inversión en hacer accesibles los autobuses si luego no invierten lo mínimo en el mantenimiento», señala este vecino de Aldaia, de 37 años, que ha presentado una hoja de reclamaciones en el consistorio para que tengan constancia.

Concesión del Consell

La línea València-Aldaia -Alaquàs es una concesión del Consell a la empresa privada Fernanbus SA, que tiene distintos itinerarios. No obstante, según fuentes de la Consellería de Obras Públicas y Vertebración del Territorio, que tiene competencias en transporte, es la empresa la que debe hacerse cargo del mantenimiento de los vehículos. «El protocolo que se sigue por la empresa operadora de la línea consiste en una prueba de la rampa antes del inicio de cada servicio, de tal forma que todos los servicios se inician con la rampa en condiciones de funcionamiento. Además, se produce una revisión general del mecanismo de la rampa con una periodicidad semanal», aseguran estas fuentes.

Desde el Consell, argumentan que las rampas eléctricas se instalan debajo del chasis de los vehículos y están expuestas a posibles golpes por badenes y otros obstáculos en la vía pública, produciéndose impactos sobre ellas, por lo que, en ocasiones, el dispositivo eléctrico puede tener algún fallo que, inmediatamente, es comunicado por el conductor al departamento de mantenimiento de su empresa, donde se abre la correspondiente incidencia. Pero para esos casos, la conselleria destaca que «los autobuses están dotados de rampas de accionamiento manual para que el usuario que necesite pueda seguir accediendo» si falla el sistema mecánico.

De esta forma, se llega a la conclusión de que además de un problema de mantenimiento, Jorge Victoria no puede acceder al autobús porque en la mayoría de casos los conductores «no quieren perder tiempo en bajar la rampa de forma manual». Así lo afirma el propio afectado. «Uno de los días que ya llevaba una hora esperando al final me puse delante del conductor y empecé a hacerle fotos diciéndole que le iba a denunciar, y al final me bajó la rampa de forma manual», señala ante la presencia en la parada de otros usuarios que corroboran su reclamación. «Mi madre está en silla de ruedas y para venir al Hospital General desde Torrent, en lugar de coger el autobús que nos deja en la puerta, preferimos coger dos metros porque sabemos que los ascensores funcionan y no va a haber problema», señala una usuaria de la línea 170, una más de las que han denunciado la falta de accesibilidad del servicio.

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