Burjassot vivió el Jueves Santo por la noche la tradicional procesión del Silencio, con principio y final en la ermita de Sant Roc, que cada año organiza la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiación y Nuestra Señora de la Esperanza con la colaboración del resto de cofradías y clavarías del municipio. Reclutados entre los vecinos, más de una treintena de costaleros portaron las andas con la talla del Crucificado de la Expiación -popularmente conocido como el «Cristo del Gitano»- a través de las calles adyacentes del santuario. Como invitado especial, desfiló con el permiso de la penitenciaría de Picassent el preso cuyo perdón solicitó al Consejo de Ministros la hermandad organizadora de la procesión.

La Banda de Trompetes, Tambors i Dolçaines del Barri de Sant Jeroni de Manises-Quart de Poblet impregnó de solemnidad una marcha que contó con la presencia de una representación municipal encabezada por el alcalde, Rafa García, y la devoción de numerosos vecinos.