Nunca mejor dicho que Beniparrell guarda un tesoro escondido y quiere que vea la luz. El ayuntamiento pretende recuperar y restaurar el claustro del antiguo Convento de Carmelitas, un edificio de estilo neoclasicista que data del siglo XVIII, y abrirlo a la plaza del pueblo o plaza del Baró.

En concreto, la intención del consistorio de Beniparrell es adquirir en propiedad el segundo de los dos inmuebles que alberga actualmente este claustro -el primero ya fue adquirido en 2007-para posteriormente derribar el edificio y que el claustro, una vez restaurado, pase a formar parte de la plaza del Baró, ampliando así este espacio para el disfrute de la ciudadanía del municipio.

Para ello, el ayuntamiento ha aprobado una partida de 130.000 euros, 90.000 euros subvencionados por la Diputación de València. El alcalde Voro Masaroca ya mantuvo una reunión hace un mes con Emili Altur, diputado de Patrimonio, y ayer fue la vicepresidenta Mª Josep Amigó la que reiteró el compromiso por ayudar a restaurar el patrimonio local, tras comprobar «in situ» el mal estado de conservación del edificio, que fue declarado Bien de Relevancia Local, después deque en 2007 sus propietarios pidieran licencia para su demolición. «Ya es hora de que los ciudadanos disfruten de una parte del patrimonio local que ni siquiera saben que existe», señalaba Masaroca. Por su parte, Amigó aseguraba que «se trata de un proyecto ambicioso que contará con el apoyo de la corporación provincial para poder ganar este espacio de gran valor histórico, arquitectónico y cultural para la ciudadanía»

El único con arcos escarzanos

El claustro del convento es similar al de otros de la zona, con una particularidad: presenta arcos escarzanos. Se trata de una edificación de doble altura con cinco arcos por planta en cada una de sus caras, siendo el elemento constructivo que más daños ha sufrido, por el desuso y que precisa labores urgentes de intervención. La galería del piso bajo se cubre con bóvedas de arista. Abre el patio por una arquería compuesta de cinco arcos de medio punto, separados por dobles pilastras dóricas, ahora cerrados con albañilería. La galería del piso superior se cubre con bóveda de cañón con lunetos para la abertura de los huecos recayentes al claustro. En la actualidad los vanos están cegados o disponen de pequeñas ventanas de carpintería de madera.