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Medio Ambiente

Decenas de pinos muertos y sin recoger convierten la Vallesa en un «polvorín»

Los ecologistas piden una actuación urgente para retirar las maderas de los árboles caídos por la sequía y la plaga del tomicus - La conselleria asegura que ya ha quitado parte de los troncos pero no realizará una nueva campaña hasta después de verano

En varias zonas de la Vallesa se encuentran árboles muertos y ramas secas que han caído y que todavía no han sido retirados. daniel tortajada

Decenas de pinos secos y troncos caídos jalonan el paisaje del bosque de la Vallesa en la zona del término de Paterna que linda con las urbanizaciones de Colinas de San Antonio y Entrepinos de l'Eliana. La sequía de los últimos años le ha asestado un golpe mortal a estos árboles, y la plaga del «tomicus» que ha asolado muchos bosques valencianos, los ha acabado de rematar. La Generalitat asegura que en los últimos meses ha estado actuando retirando los árboles muertos que más peligro pueden suponer para las personas, como son los que se encuentran en los alrededores de la pistas forestales o en las trincheras y búnkeres de la Guerra Civil.

Por su parte, la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Túria ha alertado no solo de la gran cantidad de madera seca presente en esta parte del bosque, y que supone un combustible peligroso para los incendios sobre todo de cara al verano, sino también de la proliferación de hierba que ha crecido por las lluvias de invierno, y que si se seca también contribuirá a hacer de la Vallesa un polvorín.

Un paseo por la zona de bosque público de la Vallesa basta para darse cuenta del mal estado que presentan muchos de los árboles. Principalmente, son los pinos de pequeño tamaño los que tienen más evidentes síntomas de sequedad, tanto en la madera (apenas es necesario hacer fuerza para quebrar las ramas), sino también en la copa de los árboles. Pero también se encuentran troncos de pinos de mayor tamaño que han vencido y están en el suelo, algunos de ellos partidos por la mitad y otros directamente arrancados desde sus raíces por su propio peso.

Fuentes de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente explicaron ayer que la mayoría de los árboles muertos de la Vallesa a consecuencia de la sequía y la plaga de coleópteros de los últimos tiempos ya se han retirado, pero los técnicos forestales han decidido dejar algunos troncos de manera expresa para evitar la erosión del terreno y como «soporte a la biodiversidad».

Añaden las mismas fuentes que las lluvias del invierno y el correspondiente aumento de la humedad han contribuido decisivamente a aminorar la plaga del «tomicus», el insecto que no ha matado a los árboles pero sí ha acelerado la destrucción de los que ya se encontraban moribundos por la sequía. Por ello, la conselleria está haciendo un seguimiento del rebrote de vegetación en esta y otras zonas del Parc del Túria, y prepara para después de verano un proyecto de retirada de la madera muerta que siga en el bosque. «Se hará después de verano porque el proyecto aún está pendiente de que se apruebe, pero la mayoría de los troncos y árboles secos se han retirado ya», insistieron las fuentes de la conselleria.

Pero la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Túria sí que estima que esta zona de la Vallesa requiere de una actuación urgente ya que «de cara al verano tanto pino seco puede ser un polvorín», según señalaba ayer el directivo de esta organización ecologista, Quico Pellicer. La coordinadora alerta de la gran cantidad de madera sin recoger no solo en la zona del bosque donde se encuentran las trincheras, dentro del término de Paterna pero lindando con l'Eliana y San Antonio, sino también en la Vallesa de Riba-roja y en los terrenos privados de la familia Trénor.

«Actualmente el Parc del Túria cuenta con dos brigadas de cuatro trabajadores, por lo que no tienen capacidad suficiente para actuar en este sentido», explicaba ayer Pellicer. Por ello, la coordinadora tiene previsto reunirse con la Diputación de Valencia para solicitar la intervención de las brigadas de Divalterra para disminuir así el riesgo de incendios en el bosque de cara al próximo verano.

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