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FGV encarga un estudio y Renfe realiza obras anuales

Metrovalencia prepara una campaña para recordar que se ceda el asiento a personas con movilidad reducida

La adaptación completa de estaciones y trenes a personas con movilidad reducida es «muy compleja porque abarca muchos aspectos» que van más allá de una rampa o una plataforma. Los accesos al recinto, la movilidad dentro de la estación, la subida al tren, los pulsadores o el espacio reservado son algunos de los factores que incluyen y sobre los que han de actuar en instalaciones y maquinaria. En ello han coincidido los responsables de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) y los de Renfe.

En el caso de FGV, el nuevo gobierno autonómico encargó en abril un estudio de situación de las condiciones de accesibilidad de Metrovalencia y TRAM de Alicante. «Este diagnóstico permitirá conocer la situación real respecto a la legislación autonómica, nacional y europea y establecer las medidas a aplicar». El documento que también incluirá «recomendaciones y acciones para elaborar un Plan de Accesibilidad Universal que posibilite que todas personas puedan disfrutar de los servicios de transporte que presta FGV, con independencia de su situación física o sensorial y de una manera autónoma».

Metrovalencia tiene un centenar de estaciones y apeaderos. «Somos una de las redes más accesible porque las instalaciones son más modernas que en otras ciudades y muchas estaciones tienen ascensor». Actualmente, 34 estaciones ya disponen de plataformas para Personas de Movilidad Reducida (PMR) y se ha licitado por 175.564 euros su colocación en otras doce, ellas las de Paiporta, La Canyada, Machado, Mislata, Mislata - Almassil, Faitanar, Manises y Rosas.

De forma paralela, la empresa pública ha creado un área de accesibilidad entro de atención al cliente y ha iniciado la formación de su personal. Y finalmente, los responsables de FGV están manteniendo reuniones con las asociaciones de diversidad funcional «en las que, por ejemplo, nos han pedido hacer una campaña que recuerde que hay que ceder los asientos».

En el caso de Renfe, sus responsables explican que actualmente se invierte una media de cinco millones de euros anuales en diferentes medidas como recrecimiento de andenes, construcción de rampas y adaptación de los trenes, en el núcleo de València, que se compone de 65 estaciones y apeaderos, entre ellos los de Castelló. La adaptación e los trenes es la más costosa ya que la actuación en cada máquina supone 600.000 euros. Aunque el 70% de los trenes ya están adaptados, todavía queda el resto, que se concentra especialmente en la línea C-3.

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