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Balance

Turbulencias en el vuelo del multipartito

Varios gobiernos del cambio alcanzan el ecuador de los mandatos con sonados desencuentros, rupturas y expulsiones

Último pleno de Godella, con las edilas de Canviem, al fondo a la izquierda en la bancada de la oposición

Dos años después de que diferentes partidos de izquierda se unieran en pactos para acabar con la hegemonía popular, el balance del vuelo a bordo del «multipartito» deja, en general, un buen sabor de boca entre los gobernantes aunque también se han producido episodios con regusto amargo.

Sólo cinco meses duró el nuevo gobierno de Catarroja formado por Compromís, Guanyar-EU y PSOE. El alcalde Jesús Monzó (Compromís) retiró las atribuciones que tenía la concejala Rosa Pérez (Cultura y Bienestar Social) alegando «faltas de respeto», «pérdida de confianza» y «deslealtades». El grupo de la también diputada abandonó el ejecutivo, dejándolo en minoría. El día a día del bipartito Compromís-PSOE ha sido complicado no pudiendo aprobar las cuentas en 2016 y sacándolas adelante este curso gracias a vincularlas a una moción de confianza al alcalde que no prosperó.

En junio pasado, Amparo Sampedro (PSOE) dimitía como alcaldesa de Rocafort Rocafort por no poder aprobar las cuentas por falta de apoyos. El edil de Compromís Eduard Comeig había dejado el gobierno meses antes por discrepancias y Guanyar, su único socio, lo hizo en la sesión que debatía los presupuestos. La llegada de Víctor Jiménez (PSOE) a la alcaldía ha devuelto la estabilidad a la corporación al sumar al equipo de gobierno a Guanyar, Compromís e Independientes por Rocafort.

Compromís, PSOE y Canviem entre Tots firmaron un tripartito con mayoría absoluta en Godella. En diciembre de 2016, la alcaldesa Eva Sanchis expulsó a las dos regidoras de la formación morada por votar contra los presupuestos. El ejecutivo se quedó en minoría. Las edilas querían que se incluyera en las cuentas cómo pagar otra sentencia expropiatoria de 3 millones. El presupuesto salió adelante unas semanas después por una moción de confianza, que acabó empatada a 8 (se ausentó por enfermedad un edil de Cs) y decantada por el voto de calidad de la alcaldesa.

En Torrent, el apoyo de Compromís y Guanyant en la investidura devolvió al PSOE la alcaldía tras ocho años de gaviota. Ambas formaciones están fuera del ejecutivo pero someten a Jesús Ros a un férreo marcaje. El partido nacionalista ha tumbado los presupuestos de este año y ha criticado duramente el primer documento del futuro PGOU por «reproducir el mismo modelo» que el PP.

El alcalde de Massalfassar, Carles Fontestad (Compromís), retiró en abril de 2016 las competencias de sus socios de gobierno socialistas, Ismael Gimeno y Núria López, por haber votado en contra de los presupuestos municipales, que pese a todo salieron adelante gracias a la abstención del PP. De esta manera, el equipo de gobierno formado por seis concejales de Compromís se quedaba en minoría frente a cinco ediles populares y los dos socialistas. «No se puede traicionar la confianza de gobierno de una manera tan irresponsable y a escondidas, después de haber estado semanas elaborando conjuntamente los presupuestos», lamentaba Fontestad.

En Puçol, la sangre no llegó al río, pero casi. El pacto de gobierno alcanzado en junio de 2015 establecía que dos años después el alcalde de Compromís Enric Esteve le pasaría la vara de mando a su socia Lola Sánchez (PSPV). Pero a principios de año Ara Puçol (marca blanca de Podemos), cuyo voto había sido necesario para que el actual gobierno progresista (del que, además de Compromís y PSPV, forma parte EUPV) saliera adelante, anunció que no apoyaría a la candidata socialista, y Esteve aseguró que no entraría en el gobierno si Sánchez buscaba el apoyo necesario en el PP. Finalmente, la futura alcaldesa socialista ha encontrado en el Partido de las Urbanizaciones (Pavalur) el voto necesario para ser la nueva alcaldesa de Puçol el próximo 10 de junio.

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