«Ya era hora que hicieran una propuesta de negociación seria. llevamos años pidiendo algo así». De esta forma ha respondido el dueño mayoritario del complejo que forman la Torre de Espioca y la alquería, Javier Ferrando, de Comercial Benpaes de Benetússer, al conocer el acuerdo que propone la dirección general de Patrimonio sobre el monumento. Esta instancia de la Generalitat Valenciana estaría dispuesta a costear y acometer la restauración de la torre musulmana, en una operación con un coste estimado de 180.000 euros, si la propiedad la cede durante 50 años al Ayuntamiento de Picassent.

«Esta torre lleva siglos sin tener el mantenimiento que toca por parte de sus anteriores dueños y además ha sufrido actos vandálicos», indica Ferrando, al tiempo que asegura estar dispuesto a negociar una cesión «o incluso la compra si lo quisieran». «Nosotros ya lo habíamos puesto encima de la mesa. Estamos abiertos a negociar desde hace años porque entendemos que la Torre de Espioca es un referente para Picassent muy importante», añade. Su negocio es propietario del 51% del terreno.

La otra parte de la propiedad es la familia son los herederos de José Cantos-Figuerola y Saiz de Carlos, constituidos actualmente en la sociedad «Hermanos Cantos Figuerola». El gerente de esta firma, Pepe Soler, que actúa como representante de la familia, indica que conoció la propuesta a través de la alcaldesa de Picassent, Conxa Garcia y espera ser convocado en unos días por la dirección general de Patrimonio para conocer los detalles de la propuesta. «Hay asuntos que aclarar como qué radio de terreno se tendría que ceder y cómo van a organizar los accesos», indica Soler, consciente de que la entrada solo es posible por la propiedad privada. «Siempre hemos defendido que el futuro de la torre era cosa de todos, de la propiedad, del ayuntamiento y de la conselleria», asegura este veterano, que nació en Espioca, donde su familia se refugió tras la Guerra Civil. «La torre no es solo lo importante», matiza el gerente para destacar «que existe en el complejo una ermita y una alquería». Por ello, la parte que representa es partidaria de «negociar un proyecto más amplio que tenga en cuenta también la ermita y la alquería para que pueda darse un renacer de toda esta zona, cultural y económico». Soler discrepa de los informes técnicos que atribuyen al abandono de la propiedad el grave estado de la torre, que actualmente está en riesgo de colapso. «Aquí lo que más daño ha hecho es el vandalismo. Por eso pusimos la puerta y tomamos algunas medidas», defiende.

Por otro lado, tras conocer la propuesta de la conselleria, que publicó ayer en exclusiva Levante-EMV, el Institut d'Estudis Comarcals (Ideco) de l'Horta Sud ha animado a las partes a llegar a un acuerdo. «Nos parece una iniciativa elogiable y estamos a favor de toda acción que sirva para preservar el patrimonio», indica su presidente Alfred Ramos. Este colectivo lleva años reivindicando la restauración de la torre porque «es una seña de identidad de la comarca, ya que sólo nos quedan cuatro torres representativas de la arquitectura defensiva musulmana». Ramos considera que los propietarios deberían aceptar la propuesta porque «es buena para todos, para ellos los primeros, para el pueblo de Picassent y para el patrimonio de l'Horta Sud.

En esta línea, el presidente de Picafoto, Fernando Cuenca, se ha mostrado muy satisfecho por una propuesta «que hace meses considerábamos imposible». Este colectivo ha reivindicado en los últimos tiempos la preservación de la torre. «Nos alegra haber puesto nuestro granito para crear conciencia», manifiesta. En Picafoto se considera que «si bien lo prioritario es la torre, en el futuro hay que mirar todo el complejo. Además, Cuenca insiste en que «es necesario resolver el problema de los accesos porque la torre ha de ser disfrutada por la ciudadanía».