«Pagas tú». Este es el lema de la campaña que el Ayuntamiento de Burjassot ha emprendido para sensibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad de respetar el mobiliario urbano. No solo se trata de una cuestión de civismo: el coste económico del mobiliario y su mantenimiento, a cuenta de todos los contribuyentes, no es barato. Un contenedor de residuos, por ejemplo, tiene un precio de 1.200 euros y cada uno de los numerosos bancos que pueblan la vía pública y los parques cuesta 180 euros. Se trata de «elementos que pagas tú y que cuestan mucho dinero, no los estropees», reza uno de los eslóganes de la campaña. Los vecinos pueden comprobarlo en los folletos que el consistorio está repartiendo. Respetar los elementos de mobiliario -el pueblo cuenta con centenares- supone ahorrar «miles de euros en gastos».

Además, en distintos puntos de la población, se han desplegado pancartas en las que figura el coste de un elemento del mobiliario acompañado de una imagen ilustrativa y consejos. Así, en el cartel sobre las farolas (a 600 euros la unidad), el ayuntamiento señala que «en Burjassot convivimos con más de 6.000 mascotas» vcuya orina «corroe el mobiliario», entre otros ejemplos.