La llegada del verano supone una oportunidad para los empresarios de hostelería de la comarca, que invierten en montar terrazas para atraer, y acoger, a más clientes. Pero, a veces, lo tienen que hacer sin que la administración se lo ponga especialmente fácil.
La Asociación de Hostelería de Torrent estima para este verano un crecimiento de entre el 5 y el 8% respecto al pasado año. «Somos optimistas para la campaña veraniega, se nota mayor alegría, la gente sale más y consume más. Tampoco es como para tirar cohetes pero si se ha apreciado cierta recuperación desde la mitad de 2016 con respecto a 2014 y 2015 y sobre todo respecto a 2012 y 2013, años muy duros», explica el presidente José María Ricci.
Respecto a las reivindicaciones apunta a los cerramientos de terrazas y los horarios como el caballo de batalla. «En la actual ordenanza la única opción de tener una terraza cerrada es si la desmontas al final del día y eso no puede ser», comenta Ricci. «Ese va a ser el principal punto que queremos negociar tras el verano con el ayuntamiento y encontrar fórmulas de consenso que beneficien a ambas partes. Aquí en València se vive mucho de la terraza y en invierno daría muchos ingresos con cerramientos», indica el presidente. Por otro lado, el hostelero señala que se deberían aumentar el cierre de bares y cafeterías hasta las 2.15 o 2.30 horas, cuando el límite actual viernes y sábado es 1.30 horas. «Hay que diálogar y ponerse de acuerdo», resalta, para añadir que el «hostelero es el primer interesado en evitar problemas con sus vecinos».
En Mislata, la recién creada Asociación de Hosteleros destaca los «problemas» que ha acarreado la nueva ordenanza aprobada el pasado año por el consistorio. «Para renovar la autorización tienes que presentar la documentación dos meses antes (si es para ocupar plaza de aparcamiento y uno para zona peatonal) de que empiece el trimestre y ha habido locales que todavía no tienen la terraza por los trámites administrativos», explica Gema Olivares, presidenta del colectivo. La hostelera asegura que han tenido varias reuniones con responsables municipales para trasladarles mejoras (horarios, cerramientos o realizar los trámites online) en la ordenanza «pero solo nos dicen que lo estudiarán».
En Paterna, los hosteleros consultados aseguran que en el municipio no hay problemas para montar las terrazas, y que los horarios son suficientes. El problema, coinciden en asegurar, es que faltan clientes para llenarlas. «Parece que hay más sillas que vecinos», comenta con cierta sorna el responsable de un restaurante situado a escasos metros del consistorio. Y, aunque hay clientes que, sobre estar sentados en una de estas terrazas, se quejaba del espacio que ocupan en detrimento de las plazas para aparcar, otros consideran incluso que estas cierran «demasiado pronto», aunque lo hacen precisamente por falta de clientes. La llegada del verano no suele ofrecer especiales incentivos al negocio aunque este año, y según explica un portavoz de la Asociación de Hosteleros, hay cierta confíanza en que la reciente declaración de la Cordà como Fiesta de Interés Nacional, y el proyecto del ayuntamiento de potenciar este y otros actos festivos, suponga un atractivo para que visitantes de otros municipios acudan a Paterna y, por lo tanto, mejore el color de sus bares y terrazas.
En Alboraia, donde la hostelería tiene un peso importante tanto en el casco urbano como en los barrios costeros, los hosteleros confían en otro verano de terrazas llenas. En el municipio funciona una especie de tarifa única para todo el año de 30 euros por metro cuadrado de terraza, ya sea en el Pueblo, en Port Saplaya o la Patacona. Lo que sí se quejan algunos empresarios es en una posible «discriminación» por parte del consistorio en permitir cerramientos en invierno según en la calle o plaza donde se sitúe el negocio.
