La denuncia de un experto sobre la tala del jardín monumentalque recientemente se ha llevado a cabo en la llamada finca de Franco Tormo de Aldaia ha provocado que la concejala de Urbanismo, Mónica Trujillo, encargue un informe sobre si se ha producido una infracción en materia ambiental o patrimonial.
La finca, en alto estado de deterioro, como se denuncia desde hace dos años, estaba en proceso de protección ya que la dirección general de Patrimonio ordenó al consistorio que redactara un catálogo de bienes y elementos protegidos y lo incluyera.
A raíz de la denuncia, la concejala de Urbanismo, Mónica Trujillo, ha solicitado al departamento de Disciplina Urbanística que emita un informe sobre el caso, que determine qué medidas han de adoptar. «Se trata de averiguar si el jardín cumplía las condiciones para ser considerado 'masa forestal' ya que, en ese caso, estaría protegido y no se puede talar ni tampoco intervenir sin permiso», explica la edila.
Trujillo, no obstante, entiende, «según han valorado también los técnicos» que, de no tener esta consideración, podría haber sido podado o talado sin permiso del ayuntamiento.
La finca de Franco Tormo, data de principios del siglo XX y tenía como pieza central una bella casa de la época con elementos de valor. El desuso de las últimas décadas, la falta de mantenimiento por parte de los dueños y los expolios por accesos irregulares que ha sufrido la han llevado a estar en un grave estado de deterioro.
En la denuncia presentada ante el consistorio (y también otra similar a la conselleria), se describían «trabajos de tala de la masa arbórea del jardín que formaba parte del conjunto, menoscabando sus valores culturales» y se insistía en que entre las especies desaparecidas por esta tala están «un pino de dimensiones monumentales con una copa de decenas de metros de diámetro y cipreses de gran altura dispuestos delimitando un cuadrado, que constituían una masa arbórea que se mezclaba con la antigua residencia de recreo en su esquina suroeste». El denunciante insistía en que el jardín era «muy probablemente fruto de una creación proyectual realizada por un arquitecto en consonancia con el estilo Art Decó y neobarroco de su fuente» e incluía además especies como cactus de gran altura, piteras y margallones, entre otras. Por ello, el denunciante planteaba que se exigiera al dueño la reposición del jardín.
