Un total de 14 obras de arte han desaparecido de las dependencias municipales de Manises, algunas de ellos de cierto valor y una de ellas de gran tamaño. Así lo ha puesto de manifiesto el inventario promovido por el gobierno local cuatripartito, cuyos trabajos se iniciaron en el año 2015. Esta catalogación ha permitido detectar que faltan obras (la mayoría pinturas) por lo que se ha abierto una investigación para determinar qué ha pasado.
Entre las piezas desaparecidas se encuentran litografías del Jordi Ballester, fundador del Equipo Realidad que funcionó entre los años 1966-1976 y fallecido en 2014, o Rosa Torres, miembro del Equipo Crónica. Sus obras formaban parte de una colección de serigrafías numeradas que adquirió el Ayuntamiento de Manises en 1982 y que también incluía obras de Renau, Rafael Alberti, Guinovart e Yturralde. Las litografías de Ballester y Torrent estaban catalogadas en el inventario municipal y, según ha podido saber Levante-EMV, durante años estuvieron expuestas en la primera planta de la Casa de la Cultura o en alguno de sus despachos.
Otra serigrafía de valor que tampoco ha podido localizarse en dependencias municipales databa de 1985 y estaba firmada por M. Novinski con el título de «Primavera».
Con todo, lo que más ha llamado la atención al gobierno cuatripartito local es la desaparición de un cuadro de grandes dimensiones de Antonio carretero Gallego titulado «Poema Orgánico», que estaba datado en 2004 y el consistorio tuvo su propiedad a raíz de ganar el premio de la Biennal de Pintora Jove Ciutat de Manises.
El concejal de Cultura, Xavier Morant, ha criticado especialmente esta desaparición, que califica de «caso extraño». «¿Cómo puede desaparecer un cuadro de este tamaño? ¿Qué custodia sobre los bienes culturales de importancia tenían los responsables del anterior gobierno del Partido Popular de Manises?», se pregunta el edil al conocer los hechos. «El desconocimiento de los bienes culturales y de su importancia, que estaban bajo su responsabilidad, y la desidia en la custodia hacen de esto un caso grave de incompetencia», añade.
Del total de obras desaparecidas, el área de Cultura considera las más importantes aquellas adquisiciones realizadas por el consistorio, que incluyen premios con dotación económica a cambio del trabajo.
Tras detectar que las obras no están en el consistorio ni en los edificios municipales y con el objetivo de tratar de recuperarlas, los responsables municipales han mostrado las fotografías a los actuales concejales y los anteriores «y como nadie ha sabido aportar ningún indicio de su paradero, se han dado de baja en el catálogo». No obstante, el gobierno local no descarta adoptar otras medidas.
Una vez se han inventariado de nuevo, ahora queda constancia en un documento de qué obras se mantienen en propiedad del consistorio y dónde están ubicadas (en casi todos los despachos municipales, los centros culturales e incluso en las cafeterías de los hogares municipales de mayores. de forma paralela se ha remitido una orden a ediles y personal de la plantilla municipal para que informen de cualquier cambio de ubicación que se produzca.
